En las escuelas del municipio Guamá, en Santiago de Cuba, autoridades del sector agropecuario impulsan la cría de conejos (cunicultura) con el objetivo de mejorar la alimentación “de los colectivos estudiantiles, pedagógicos y de apoyo a la dolencia”, informó recientemente la emisora Radio Coral de esa localidad del oriente cubano.
Norge Boudet, administrador de la escuela especial Celia Sánchez Manduley, en el poblado el Uvero, dijo a la prensa que “se ha elevado la producción”, y habló de las diferentes razas con las que experimentan e intentan desarrollar la actividad: “se cuenta con la variedad del llamado pinto, por ser fuerte y sano en las condiciones naturales del territorio”. El funcionario conto también que están preparando “cuatro hembras de la variedad Gigante Español de ojos rojos, para buscar mayor tamaño y resistencia al medio”.
La idea de cruzar las razas responde a las intensas sequías que suelen afectar al territorio, y a la intensión de buscar ejemplares que produzcan más carne en esas condiciones climáticas.
Interrogado sobre la alimentación de los animales, Boudet explicó que estaba garantizada: “le damos Moringa, Manto, Kingrass y la Albahaca”. Esta última se suministra una vez por semana como forma de desparasitarlos.
De acuerdo con el reporte, en Cuba la cunicultura se maneja como uno de los programas de la Agricultura Urbana, que a su vez busca aportar a la alimentación de los centros educacionales.
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El programa de incentivos a la cunicultura en la Isla incluye el pago a los productores de 30 pesos por kilogramo de carne entregado al estado, y el productor tiene también la posibilidad de adquirir una parte de la comida (piensos) al único comercializador autorizado a vender este alimento: el Estado. No obstante, las cantidades de pienso que se destina para los pequeños productores son mucho menores a la demanda real, por los que estos deben acudir a estrategias como las plantas antes mencionadas para garantizar la cobertura de alimentos.
A finales de octubre, el diario Granma informó que se encontraba en fase de ejecución lo que sería la fábrica de piensos más moderna del país, precisamente en Santiago de Cuba. Según la información, se prevé que la industria tenga “un significativo impacto en la economía cubana”.
La fábrica tiene una capacidad instalada que permitiría producir entre 500 a 600 toneladas por cada turno de 12 horas, y está diseñada “para elaborar más de diez tipos de piensos para aves, ganado mayor y menor, y la piscicultura”.
Asimismo, los pronósticos oficialistas indican que además de contribuir con piensos especializados para los distintos renglones de la actividad pecuaria nacional, se producirá suficiente aun para la exportación.