Las familias de seis personas que murieron y diez que resultaron heridas tras el desplome en 2018 de un puente peatonal en construcción en Miami (EEUU) recibirán, en conjunto, una indemnización de 103 millones de dólares, revelaron reportes de prensa.
Un juez de bancarrota avaló este jueves el plan de compensación presentado por Munilla Construction Management (MCM), la empresa contratista del viaducto peatonal que estaba siendo levantado en inmediaciones de la Universidad Internacional de Florida (FIU), informó la agencia Efe, que retomó un reporte del diario Miami Herald.
En octubre pasado la Junta Nacional de Seguridad de Transporte (NTSB) determinó que errores de cálculo y falta de una revisión independiente fueron la "probable causa" del colapso.
"Si bien ninguna cifra en dólares puede reemplazar la vidas perdidas, MCM hizo hincapié en acelerar el proceso para poner a disposición de los demandantes fondos sustanciales para que la duración de este difícil proceso judicial pueda reducirse significativamente", dijo el presidente de MCM, Jorge Munilla, en una declaración preparada.
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Agregó que “continuamos orando por las familias y amigos de todos los que fueron afectados por esta desafortunada tragedia", según un cable de la agencia AP.
El abogado Alan Goldfarb representó a la familia de Alexa Duran, estudiante de la FIU que murió en el derrumbe.
"La trágica pérdida de un estudiante universitario de primer año, de 18 años, es inconmensurable", dijo Goldfarb. "Los Durans nunca superarán la pérdida de Alexa", añadió, según el reporte de AP.
Goldfarb señaló que el proceso legal después de un desastre puede ser frustrante para las familias, y dijo estar contento de que parte de ello haya terminado.
Según Robert Sumwalt, presidente de la NTSB, los errores en el diseño del puente, la inadecuada revisión de las consultoras y el deficiente juicio de ingeniería llevaron al colapso del puente.
La agencia federal lamentó en su investigación el "fallo" de las constructoras, el Departamento de Transporte de Florida (FDOT) y FIU de no cerrar el tráfico que transitaba por la vía sobre la que se construía el puente para "resguardar la seguridad pública".
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El viaducto era construido mediante el método "acelerado" y que buscaba conectar FIU con el suburbio de Sweetwater.
El derrumbe del puente, ocurrido en marzo de 2018 a plena luz del día, impactó totalmente o parcialmente a ocho vehículos, siete de los cuales estaban ocupados.
Las primeras investigaciones revelaron que uno de los ingenieros de la firma encargada del diseño, FIGG Bridge Design, alertó por mensaje de voz a un empleado estatal de la existencia de una grieta en la plataforma poco antes de que se hundiera.
Pero en el mensaje, el experto dijo que, aunque "obviamente" habría que hacer "algunas reparaciones", esto no comprometía la integridad estructural del puente peatonal de 950 toneladas de peso y 174 pies de largo (53 metros).
(Con información de Efe)