Luego de un verano de intenso calor llegó por fin el primer frente frío a Cuba, con nublados y agradables temperaturas, pero con la lluvia, han llegado también las inundaciones en las zonas bajas del litoral habanero.
En Jaimanitas se inundaron las calles cercanas al mar, por la falta de alcantarillado en el pueblo. El viejo desagüe que evacúa las aguas fluviales al mar se tupen constantemente, aunque se han acometido trabajos de reparación; pero el “cambio de tubos” no resuelve el problema. La obra necesita una ejecución mayor. Cuando ocurren lluvias fuertes, como esta que trajo el primer frente frío de la temporada, es un caos en esa zona del poblado.
“El nivel mayor alcanzado en esta última inundación fue en la panadería, la gente tuvo que meterse en el agua hasta las rodillas para comprar el pan. También ‘la calle del charco’, que históricamente se inunda hasta con una escupida, esta vez se dio el gusto y llegó hasta Tercera”, cuenta a ADN CUBA una ama de casa de la calle 234, molesta porque no puede salir de su casa.
“Por culpa del agua [la inundación]. Mi hijo tiene que brincar el muro del patio y salir por la otra cuadra para hacer los mandados”, agregó.
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Otra mujer que sufrió los embates de la lluvia fue Miriam, que cría nueve perros recogidos en la calle. Los puso en alto…, sobre el escaparate. El agua penetró en su casa y mientras hablaba con ADN CUBA, sacaba el agua de la sala:
“Estamos cansados de decirlo al Poder Popular, pero responden que no tienen recursos. Con el viejo desagüe acabaron, lo reparan a cada rato, pero los tubos se tupen porque no son los adecuados y por mucho que los vecinos decimos a los ingenieros que reparen el desagüe original, no nos escuchan, colocan nuevos tubos que luego se tupen y quien sufre es el pueblo. Hace poco estuvieron unos que se decían ‘topógrafos’ midiendo las calles. Dicen que para el alcantarillado de Jaimanitas. Vamos a ver si llego a vivirlo, porque desde hace años estoy sacando agua”.
Para Juanita, peluquera y manicure de la 234, este tiempo le arruina el negocio. “No vienen a arreglarse porque tiene que meterse en el agua, las muy finas. En tiempo de calor llegan aquí bañadas de sudor, que es igual. Pensé en poner unos tablones y unos bloques y hacer un puente para que cruzaran, pero encontré la idea ridícula. Por lo que veo, mientras haya lluvia no haré un peso”, relató la mujer.
Los pronósticos meteorológicos auguran una temporada fría con bastante lluvia. En las zonas bajas de La Habana, como Jaimanitas, la gente rezará para que no llueva.
“Esto, que está malo ya de por sí, y además inundado, no es vida”, dice Marge, profesora de Geografía del pre universitario, bloqueada por el agua en el medio de ‘la calle del charco’. “Ahora hay que esperar que la evaporación y la absorción de la tierra hagan su trabajo, para que en unos días se vaya el agua. Pero si viene otra lluvia antes se rompe el ciclo, y seguiremos inundados”, añadió.
