Especialistas del Proyecto Cubabat, una iniciativa que se dedica a la protección de los murciélagos cubanos y sus hábitats, junto a espeleólogos de Matanzas, hallaron “fósiles de origen marino” en una caverna cercana esa ciudad, confirmaron hoy los científicos a la prensa oficial cubana.
De acuerdo con la agencia Prensa Latina, la cueva está ubicada en la ribera este, “específicamente en el cuarto meandro (curva) del río Canímar”. El Canímar es uno de los tres ríos que atraviesan la ciudad de Matanzas
Joel Monzón, especialista de la Fundación Antonio Núñez Jiménez, dijo a la agencia que el descubrimiento del fósil sucedió de manera casual, pues los estudios que conducía el equipo iban dirigidos a los murciélagos y su hábitat.
El sitio del hallazgo fue nombrado “Abraham”, en honor al hijo de Monzón. Según el especialista “el cubil”, se encontró en buenas condiciones de conservación, y contiene “despojos de una fauna de vertebrados”.
La caverna donde se descubrió el fósil es una de las más antiguas de esa zona geográfica, y tiene “una extensión de más de 1000 metros”.
De acuerdo con el especialista los restos encontrados pueden aportar información de valor para ciencias como la geología y la paleontología, aunque precisó que aún es muy temprano para llegar a alguna conclusión.
Los fósiles y el área en cuestión se encuentran en estos momentos bajo investigación.
Desde el año 2010, el Proyecto Cubabat surgió como resultado de las acciones desarrolladas en las Áreas Protegidas Varahicacos, Caverna Santa Catalina y Valle Río Canímar.
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La prensa local de Matanzas reseña que los murciélagos— especie de mamíferos que busca proteger y estudiar el proyecto—, “sufren la destrucción y afectación de individuos y poblaciones, así como de sus hábitats naturales, cuya consecuencia final es la pérdida de especies y por ende de los servicios ecosistémicos que ellos prestan en los bosques”.
En la Isla han existido 34 especies de murciélagos, según el registro oficial. 26 de ellas se encuentran “en estado viviente”, mientitas las otras 8 se extinguieron.
El río Canímar, en cuya rivera se encuentra la caverna del hallazgo, tiene 19 kilómetros, de los cuales más de 12 son navegables, de acuerdo con la enciclopedia cubana Ecured.
Se trata del “mayor y más caudaloso de los ríos que desembocan en la bahía”, de Matanzas. En la desembocadura, el Canímar alcanza un ancho de más de 100 metros y un profundidad de hasta seis.
Los alrededores fueron poblados por aborígenes cubanos, y la zona se considerada una de las más importantes del país desde el punto de vista arqueológico.