En pleno siglo XXI todavía hay cubanos que se ven obligados a utilizar la leña para cocinar ante la falta de otros insumos, sobre todo en las zonas rurales y más pobres del país.
La cubana residente en el municipio Banes, provincia Holguín, Estela Cruz Marrero, es una de las que ha vuelto a sacar su fogón de leña para preparar los pocos alimentos que consigue día a día.
"Después que nos quitaron los fogones y el petróleo nos tienen pasando trabajo a la mayoría de los cubanos. No tenemos con qué cocinar; para encender el fogón de leña tenemos que usar nylon", declaró Cruz Marrero en entrevista con el medio Cubanet.
Además la nota señala que ante la falta de equipos de cocción se han disparado en el país los precios de los fogones de mecha, del saco de carbón y el mazo de leña.
Estela agregó que en su localidad las autoridades no les venden a los pobladores los utensilios necesarios para una cocina eléctrica o de gas.
"Aquí no te venden una resistencia para un fogón, no hay ningún tipo de condiciones. Y si vas al monte y buscas madera te echan una multa (...) Nos quitaron el petróleo para darnos ollas, y sí, nos dieron ollas bastante caras, que no servían", añadió.
La mujer comentó además que padecen la escasez de artículos de primera necesidad, incluidos los alimentos.
"No hay con qué cocinar ni qué cocinar", lamentó.
Por su parte José Rafael Martínez Carralero es otro poblador de Banes que debe cocinar con leña.
"En Cuba no hay condiciones para tener hijos, no hay condiciones para mantener un hogar (…). ¿Continuidad de qué? La continuidad de la desgracia del pueblo, debe ser", concluyó Estela Cruz Marrero.
En diciembre de 2020 desde el municipio holguinero Mayarí escribieron a la redacción del oficialista periódico Juventud Rebelde, Rodolfo Bent Williams, María del Carmen Quinta Fuente, Elsy Surit Lambert, Norma Fondín González, Fernando Guevara Laurerio y Reynaldo Guerra Fajardo, para exigir respuesta ante la difícil situación que estaban atravesando.
Se trata de jubilados que jubilados que antes de la "revolución energética" eran clientes del servicio de gas licuado, pero como parte de esta, a mediados de los años 2000 les vendieron una cocina eléctrica y les retiraron los balones de gas, dejándoles la electricidad como única opción para cocinar, además de un balón de gas de 10 kg como reserva, que solo pueden reponer dos veces al año, y que deben usar en caso de interrupción de la corriente eléctrica.
Señalaron entonces que luego de más de 10 años de la "revolución energética" las cocinas eléctricas no funcionan, y las piezas de repuesto para estas están en falta hace bastante tiempo.
Agregaron que debido al contrato que tienen tampoco podían adquirir balitas de gas extra, como sí ocurre en otros casos, a los que se les han entregado contratos para el gas licuado.
*Foto: montaje realizado a partir de un video de Cubanet