Leandro Antonio Silva Chiquet, operario/responsable de la distribución de guaguas en una base de la empresa Transmetro— encargada del trasporte de trabajadores en el cayerío norte de Villa Clara— denunció el modo autoritario en que el Jefe de la Policía del territorio, desvió un ómnibus destinado a la recogida del personal hotelero con destino a Mayajigua, en Santi Spíritus.
“El teniente coronel Omar” (Miranda) desvió el ómnibus, porque “del peaje a cayo Santa María él hacía lo que le diera la gana, porque él era el jefe de todo eso y lo reafirmó señalando para sus estrellas en la gorra” e inquirió del subordinado sobre “si (…) no había ido al servicio militar y desconocía lo que significaban esas estrellas”, mientras ordenaba al vehículo un itinerario diferente al programado, y afectaba sin más a sus habituales usuarios.
Con anterioridad, algunos empleados que no cupieron en los ómnibus de sus respectivos municipios a la hora de las salidas— que se han visto afectadas por la crisis “coyuntural”—, optaron por acostarse en los parqueos, delante de los carros, para “que nos pasaran por encima si querían, porque aquí no se puede uno quedar a que te coman los mosquitos”, contó una de las perjudicadas que suscribió la denuncia bajo anonimato.
El policía se hizo acompañar de otros 4 subalternos, y en el acto hubo custodios de la base y choferes de guardia a quienes cita Leandro como testigos en lo que considera una usurpación de funciones laborales, y una demostración de superioridad.
En la denuncia no se revela el origen de la arbitraria desviación de la ruta prevista, incluso bajo monitoreo del sistema de GPS instalado en cada carro.
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Al final del texto, el redactor alegó que “lo que yo pensé que era un paraíso turístico, personas como estas haciendo abuso de su cargo y alegando que esto es MILITAR, lo han llegado a convertir en una BASE MILITAR donde somos desposeídos de nuestros derechos constitucionales y a su vez víctimas de injusticias y atropellos por parte de la policía y el cuerpo de prevención”.
La actitud del empleado, quizá estimulado por la reciente convocatoria gubernamental a denunciar todo lo referido al abuso de poderes e interferencias comprobables en el precario sector trasportista, aparece justo cuando una aplicación telefónica ha sido promovida desde por diario Granma.
Hace aproximadamente una semana, esta misma unidad trasportista que opera las guaguas del ámbito hotelero en todo el centro-norte de la Isla, resultó blanco (entre otras entidades, villaclareñas fundamentalmente) de otra escandalosa denuncia, pero esta vez en forma de reportaje estatal por encargo de la Fiscalía General de la República, publicada en el portal Cubadebate.
El reportaje intenta desmenuzar “cómo se perdieron más de 15 mil litros de petróleo en lo que va de año de los depósitos existentes en Transmetro Caibarién por falta de control contable y supervisión adecuada”, que en el dilatado proceso investigativo resultó atribuible “a un tanque roto en el patio del taller”, por donde se escurrió el combustible sin que nadie lo notara.
En conversación posterior con el trabajador/autor de la presente denuncia— y también testigo de esta última—, se pudo conocer que “en realidad se perdieron más de 20 mil litros de diesel en total”, pero las administraciones serían expertas frente a auditores e instructores apelando a “estrategias justificadoras” más creíbles que la existencia puntual de los agujeros mismos.