“Ese hombre sigue en la calle y mientras no lo agarren va a seguir haciendo lo mismo que me hizo a mí, a otras mujeres y quién sabe”- dice preocupada Ileana.
Mientras caminaba por la zona de la Plaza de Actos de Cienfuegos, casi acabando de atravesar el lugar, se le acercó demasiado un hombre con el pene al descubierto. Según cuenta, el maleante, al que le estimaó unos 40 años, la venía siguiendo y masturbándose, desde que entró a la Plaza y ella apresuraba el paso.
“Menos mal que andaba con la llave de la casa en la mano, me armé de valor y lo amenacé, haciéndole creer que era una navaja o qué sé yo, porque la llave es un poco peculiar por ser de una puerta que no abunda mucho en Cuba. Al final el hombre se mandó a correr y yo me tuve que tirar al piso a llorar porque no sabía de qué iba a ser capaz”
“No fui a hacer la denuncia porque aquí nunca creen nada”, agregó.
La poca iluminación de entre calles, las malas condiciones en la vía y poca presencia de efectivos de la policía en las calles cienfuegueras, hacen de esa ciudad una poco fiable para caminar confiado.
Varias mujeres Cienfuegos se han convertido en blanco perfecto de acosadores que no escatiman esfuerzos para realizar actos de violencia sexual contra las mujeres.
En septiembre de 2017, ocurrió en la ciudad un hecho sin precedentes: tres hombres violaron y mataron a Leidy Maura Pacheco Mur, de 18 años, quien nunca llegó aquella noche a su casa a cuidar de su criatura.
Casi un año después, el periódico 5 de Septiembre— órgano oficial del Partido Comunista en Cienfuegos— publicó los nombres y las condenas de los culpables. Irael Enrique Campos, de 32 años, fue sancionado a privación perpetua de libertad; Darián Gómez Chaviano, de 25 años, a privación perpetua de libertad; y Henry Hanoi Tamayo Hernández, de 19 años y menor ante la ley, a una sanción conjunta de 30 años de privación de libertad.
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Sin embargo, al parecer esto no ha servido de escarmiento para quienes insisten en acosar y agredir sexualmente en las calles de la ciudad.
El hecho que narra Ileana quizá sea minúsculo a lado de lo que le sucedió a Leidy Maura, pero no por eso deja de tener importancia, porque se trata de un acto delictivo y de violencia contra la mujer.
Está también el caso de aquellos que se exhiben impúdicamente, entre ellos los masturbadores que se encuentran en diferentes zonas de la ciudad, casi siempre, en zonas con poca iluminación o ninguna. Estos también provocan daño psicológico a sus víctimas.
Según establece la ley, quien incurra en un delito de este tipo, solo debe pagar en Cuba una multa de 40 CUP. El Decreto 141 define que “quien toque o acaricie lascivamente a otra persona sin su consentimiento será multado con 40 CUP al igual que quien ofenda las buenas costumbres con exhibiciones impúdicas”
“Creo que eso es como pagar al Estado para poderte hacer una paja en la calle porque quien realice ese acto frente a otros lo que debería es ir preso”— dice Ileana— “Si yo no me llego a poner fuerte y a ideármelas de la manera en que lo hice, creo que hoy no estaría haciendo el cuento, porque nadie sabe de lo que una persona en ese estado sería capaz de hacer”.
Cuba registró su primera denuncia sobre masturbadores en espacios públicos en el año 1881. Es bochornoso que en pleno año 2019, este delito se pague con una multa de 40 pesos.
La masturbación constituye una forma legítima de experimentar y llevar a plenitud la sexualidad del individuo, pero cuando se lleva a los espacios públicos se convierte en un acto de violencia.