Una carta dirigida por la matancera Yudelis Rodríguez a Diario de Cuba ofrece detalles del caso de su esposo, Yuniesky Alonso, quien lleva 14 años encarcelado por intentar extraer a su familia en Cuba mediante una accion arriesgada.
El hombre partió desde Florida hasta Cuba “en un bote prestado”, e intentó sacar a su familia de la Isla.
De acuerdo con el reporte del medio, Alonso fue capturado por las autoridades cubanas, juzgado y sentenciado por el delito de “Tráfico de personas”, injustamente según contó su esposa Yudelis. La pareja se casó en 2005, pero el esposo decidió irse de Cuba ese mismo año al sentirse frustrado, y una vez en Estados Unidos se hizo acogió a la residencia en virtud de la Ley de Ajuste Cubano.
Alonso buscaba lo que cualquier cubano busca para su familia: “un lugar donde pudiésemos alcanzar las cosas básicas (…) trabajo que nos proveyera techo, alimentos y otras necesidades básicas, cosa que no nos proveían nuestros trabajos en Cuba”, narró su esposa.
En estos momentos Alonso lleva 14 años tras las rejas, aunque su esposa alega que los tribunales de la Isla no pudieron demostrar su presunto delito.
En enero 2006, Alonso llegó a Cuba nuevamente a bordo de una embarcación, pero fue sorprendido por las autoridades guardafronteras cubanas mientras esperaba a su esposa. Sin embargo logró escapar hacia el interior del país, e intentó sin éxito regresar a Estados Unidos. A finales de ese propio mes, el hombre fue capturado, precisa el reporte de Diario de Cuba.
Yudelis cuenta que nunca llegaron a verse y que su esposo jamás montó a nadie en la embarcación. “El único delito que cometió fue la entrada ilegal a Cuba. Sin embargo, por razones políticas, fue acusado de tráfico ilegal de personas y condenado a 16 años de privación de libertad”, señaló la mujer en su mensaje.
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De acuerdo con la información, las apelaciones de su caso no condujeron sino a la ratificación de su condena, a pesar de que su defensa habría alegado que “el tráfico de personas es un delito que involucra dinero de por medio y que, como mínimo, uno debe ser visto con las personas traficadas”.
La mujer considera que el caso de su familia, y especial la sanción contra su esposo responde a una politización de las autoridades cubanas.
La hija de la pareja nació en medio de la separación. Tras cumplir cinco años de condena, Alonso fue transferido desde la prisión hacia una “granja”. Luego todo se complicó más: el hombre “no pudo soportar” y huyó nuevamente tratando de abandonar la isla hacia Estados Unidos. Las autoridades tardaron dos meses en volver a capturar a Alonso en la zona del sur de Matanzas. La nueva condena fue de otros 15 años de prisión.
La esposa considera que su pareja “debe pagar”, pero que ya ha pasado tiempo suficiente (8 años) de lo que llama un “delito de evasión”, un delito que según las leyes cubanas amerita penas de uno a tres años porque Alonso se fugó de una “granja abierta” y no de una prisión convencional.
Yudelis pide se les conceda “el beneficio de la verdad”, y que les dejen vivir una vida como familia cristiana y honesta, sin esa especie de macha, que ella considera injusta y excesiva, en el pasado familiar.
En temas relacionados con las salidas y entradas ilegales a Cuba, las autoridades han acudido en muchas ocasiones a acciones aleccionadoras, buscando cortar de raíz las potenciales intensiones de posibles imitadores. El caso de los jóvenes cubanos fusilados el 11 de abril del 2003 tras un juicio sumario y ejemplarizante, es una muestra de ello.
Asimismo, el polizón cubano, Yunier García, que actualmente busca asilo político en Estados Unidos tras llegar a Miami escondido en el compartimento de carga de un avión, basa su defensa en las posibles represalias del gobierno cubano en su contra si llegara a ser deportado a la Isla, como pretende la fiscalía.