El periodista cubano Mario Luis Reyes, autor de la investigación de la revista El Estornudo que expone cinco denuncias de abuso sexual contra el trovador Fernando Bécquer, pidió este domingo más acción y menos justificaciones al Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) respecto al caso.
El Cenesex, dirigido por Mariela Castro, hija de Raúl Castro, se pronunció el sábado sobre las denuncias y reconoció la legitimidad de que las víctimas de violencia sexual alcen sus voces, pero lo hizo evitando nombrar al medio que publicó la investigación y refiriendo a modo de justificación su “labor de años” en el enfrentamiento a la violencia de género.
Los planteamientos del Cenesex no fueron del agrado de Reyes, que comparó la actitud defensiva y justificativa de la entidad con la de “los amigos del trovador, más preocupados por limpiar su reputación que por ayudar a las víctimas”.
“¿El Cenesex se ha puesto en contacto con las víctimas? ¿Se ha puesto en contacto con la revista que divulgó la noticia? ¿El Cenesex se ha preguntado por qué, teniendo sedes y representación legal en toda Cuba, las víctimas tuvieron que acudir a un periodista radicado en Madrid? ¿A una revista a la que no le permiten tener reconocimiento legal en Cuba, pese a que no se ha podido comprobar que haya publicado una noticia falsa en más cinco años de labor? ¿El Cenesex me puede garantizar que si mañana tomo un avión a La Habana para continuar con esta investigación no seré arrestado ni amenazado por la Seguridad del Estado, como les ha sucedido a tantos colegas?”, cuestionó Reyes en Facebook.
El periodista pidió a la institución no repetir más “el actuar de los hombres cómplices que desde La Habana se justifican”.
“Pasen por encima de las diferencias y trabajen con todos los que están dispuestos a colaborar en este asunto para que se haga justicia. Solo así podrán intentar recuperar el prestigio que alguna vez tuvieron”, escribió.
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Reyes también pidió al Cenesex dejar de politizar el tema, como han hecho acólitos del régimen para desestimar las denuncias publicadas en El Estornudo.
“Aquí nadie ha hablado de revolución ni de ideología política alguna. Esto va de mujeres víctimas de abusos sexuales por parte de un músico (no un político), que sigue dando conciertos y apareciendo en la televisión cubana con total impunidad”, subrayó.
Para muchos de los que desprecian o desestiman la denuncia contra Bécquer, las acusaciones carecen de credibilidad por haberse publicado en un medio cuyos contenidos atacan al gobierno de la isla y por estar dirigidas contra un artista partidario de lo que aún ellos se empeñan en llamar “revolución”.
Pero el hecho de que una de las víctimas haya acudido a la prensa oficialista antes que a la independiente, y haya sido ignorada, desmonta de tajo esas “observaciones”.
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En entrevista con ADN Cuba, Reyes desestimó que la publicación de las denuncias tuviese algo que ver con el apoyo del trovador al régimen. Dijo no creer que las cinco mujeres que le dieron su testimonio, y las decenas más que lo están contactando tras la publicación de la investigación, estén guiadas por un objetivo político.
“No puedo hablar por ellas, pero no lo creo. Lo están denunciando por abuso sexual, no por su tendencia política, de la que además no hablamos en el texto”, sentenció el periodista.
