La multipremiada escritora cubana Elaine Vilar Madruga, otra de las víctimas de abusos sexuales del trovador Fernando Bécquer, denunció al músico ante la Fiscalía General de la República.
Así lo contó Vilar en un comentario a un post del actor cubano, radicado en Estados Unidos, Jorge Ferdecaz.
“Ya reporté mi caso en Fiscalía de la República. Vamos a ver qué disculpas tocan ahora. Yo no las quiero. Proceso legal y justicia. #niunbécquermás”, escribió la joven narradora.
Vilar Madruga agregó que está en espera de instrucciones de esa institución cubana para “para proceder con la denuncia formal. Ya el expediente está abierto”.
El pasado 8 de diciembre la revista El Estornudo publicó un reportaje donde cinco mujeres denunciaban públicamente a Bécquer por agresiones sexuales ocurridas entre 2002 y 2012. Las reacciones ante estas historias han despertado el Me Too cubano y una ola de críticas al trovador y quienes desde la complicidad conocían sus prácticas y las ignoraban como Adrián Berazaín, Mauricio Figueiral y otros trovadores.
A raíz de esta publicación del periodista Mario Luis Reyes, Vilar Madruga contó en un post que “Durante años he tenido miedo de decir que esto me pasó a mí. Esto me pasó a mí. Esto me pasó a mí. Esto me pasó a mí. Y fue él. Yo tenía 17 años”.
Otras mujeres han contado experiencias semejantes y como Bécquer usó su poder como figura pública para agredirlas.
Hasta el momento ninguna entidad estatal ha emitido declaraciones oficiales. Una de las denuncias publicadas por El Estornudo fue primero comunicada a medios oficialistas como Granma, Cubadebate y Juventud Rebelde, pero prefirieron ignorarla.
En entrevista con ADN Cuba, el periodista Mario Luis Reyes, autor de la investigación, afirmó que la primera denunciante que le contactó, Lilliana H Balance, le comentó que antes de acudir a la revista independiente escribió a los referidos medios de comunicación, de los que no obtuvo nunca respuesta.
La omisión de la denuncia, sin tomarse siquiera un segundo para escuchar e investigar, evidencia la desprofesionalización de la prensa oficialista cubana y el desapego de sus pretendidos medios de comunicación, pero en la práctica vehículos de propaganda, del encargo social del periodismo.
El desprecio del oficialismo a la denuncia contra Bécquer cobra relevancia también por la línea argumental que los acólitos del régimen han erigido contra la investigación de El Estornudo y las víctimas testimoniantes.
Según estos, las acusaciones carecen de credibilidad por haberse publicado en un medio cuyos contenidos atacan al gobierno de la isla y por estar dirigidas contra un artista partidario de lo que aún ellos se empeñan en llamar “revolución”.
En defensa del músico han escrito trovadores como Raúl Torres y Ray Fernández, defensores a ultranza del Gobierno cubano y sus políticas. Torres promocionó un concierto de Bécquer el pasado 9 de diciembre donde fue increpado por la prensa independiente y negó las acusaciones.
Una de las peticiones constantes de las plataformas feministas cubanas es la urgencia de una Ley Integral contra la Violencia de Género que provea a las mujeres de leyes para protegerse ante estos abusos y violaciones. En Cuba ni siquiera existen refugios temporales para mujeres víctimas de violencia machista.