El Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK) confirmó este miércoles 8 de diciembre el primer caso en Cuba de la variante ómicron de la COVID-19.
Un “colaborador de la salud” procedente de Mozambique, África, fue diagnosticado con la enfermedad. El cubano natural de Pinar del Río, arribó a la isla el pasado 27 de noviembre y se encontraba asintomático, informó Cubadebate.
El 28 de noviembre presentó febrícula y dolor de garganta. Tras un test de antígeno el paciente resultó positivo y fue ingresado en el Hospital “León Cuervo Rubio”. Ese mismo día se realiza PCR-RT resultando positivo al SARS CoV2 y se envía la muestra al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí para su secuenciación.
Tras cinco días de evolución del paciente en el hospital, se le realizó un PCR-RT evolutivo que resulta negativo y es dado de alta asintomático. “En el día de hoy concluye la secuenciación de la muestra positiva confirmándose la variante Ómicron del SARS CoV2”, añadió Cubadebate.
Un estudio epidemiológico identificó 16 contactos extra domiciliarios del paciente y dos intradomiciliarios, los cuales se encuentran asintomáticos y negativos al PCR-RT realizado, informó la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Se mantiene la vigilancia epidemiológica sobre los contactos, la comunidad y el reforzamiento de las medidas de control sanitario internacional, añadió la ACN.
Ómicron es la variante del coronavirus que más mutaciones tiene (50) respecto al virus original, y por eso tiene al mundo en alerta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a ómicron una “variante de preocupación”, porque sus mutaciones le dan el potencial de ser más contagiosas, provocar una enfermedad más grave o reducir el efecto de las vacunas, informó la BBC.
Al cierre del día de ayer, 7 de diciembre, se encuentran ingresados en Cuba 2 mil 904 pacientes, sospechosos de tener coronavirus 2 mil 359, en vigilancia 138 y confirmados activos 407. Según datos oficiales, el país acumula 963 mil 347 pacientes diagnosticados con la enfermedad en la isla.
El sábado 4 de diciembre entraron en vigor en Cuba las nuevas disposiciones del Ministerio de Salud Pública (Minsap) relacionadas con la expansión de ómicron.
De acuerdo con las investigaciones realizadas hasta el momento, posee una rápida diseminación, por lo cual el Minsap dispuso aplicar medidas de reforzamiento en el control de viajeros internacionales que proceden de Sudáfrica, Lesoto, Botswana, Zimbabwe, Mozambique, Namibia, Malawi y Eswatini (antes Suazilandia).
Todos ellos, refiere la comunicación oficial, deberán cumplir un conjunto de requisitos en el punto de entrada a Cuba como tener un esquema de vacunación completo y un resultado negativo de un PCR-RT realizado como máximo 72 horas previo al viaje.
A los viajeros procedentes de las mencionadas naciones africanas se les realizará además una toma de muestra para PCR-RT a SARS-CoV-2 y se les aplicará cuarentena obligatoria por siete días en un hotel destinado al efecto, cuyo costo por alojamiento y transportación deberán asumir.
“Se les realizará una nueva toma de muestra para PCR-RT a SARS-CoV-2 al sexto día, y de ser negativa serán dados de alta de la cuarentena al séptimo día”, precisa la nota divulgada en medios oficialistas, que detalla que los viajeros procedentes de otro grupo de países enfrentarán las mismas medidas que los anteriores, con excepción de la cuarentena y el PCR-RT al sexto día.
Este último grupo está integrado por Bélgica, Israel, Hong Kong, Egipto, Turquía y el resto de los países de África Subsahariana.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, aseguró el 1 de diciembre que Cuba no cerraría fronteras ante la aparición de la variante Ómicron del coronavirus, pero reforzaría el control de viajeros internacionales.
El mandatario citó en Twitter la nota informativa del Minsap que anunciaba las medidas de control en frontera que entraron en vigor el sábado.
Surgida en la provincia Gauteng, ómicron es el último linaje del SARS-CoV-2 y al parecer el más contagioso hasta el momento, aunque los científicos aún dudan sobre su peligrosidad y han hecho llamados de atención para no desatar el pánico.
Pese a ello, varios países europeos cerraron sus fronteras a viajeros de Sudáfrica y Botsuana, en un intento por detener el avance de la variante.