Un hombre de 41 años arribó de Sudáfrica el pasado 25 de noviembre por el Aeropuerto Internacional “José Martí” de La Habana y resultó positivo a la COVID-19 este martes, lo que dispara las alarmas sanitarias en el municipio de Placetas, Villa Clara.
Con residencia permanente en Santa Clara, el hombre permaneció hasta el día de la prueba en casa de parientes, en Calle 10 del Sur, esquina Carretera a Fomento, del municipio villaclareño, declaró a Radio Placetas el doctor Pedro Didier Medina Llamosa, director municipal de Salud Pública.
No se tiene certeza de que sea portador de la nueva variante Ómicron, pero las autoridades municipales pusieron un cordón sanitario estricto en la zona de residencia y los laboratoristas trabajan para despejar la duda sobre el linaje genético de su enfermedad, agregó Medina.
En la tarde de este 30 de noviembre se habían identificado seis contactos, entre ellos su madre, su esposa, el cuñado y vecinos de Placetas cercanos a la familia.
Surgida en la provincia Gauteng, Ómicron es el último linaje del SARS-CoV-2, y al parecer el más contagioso hasta el momento, aunque los científicos aún dudan sobre su peligrosidad y han hecho llamados de atención para no desatar el pánico.
A pesar de esto, varios países europeos cerraron sus fronteras a viajeros de Sudáfrica y Botsuana, en un intento por detener el avance de la variante. Ya se detectaron los primeros casos en Bélgica, España, Italia y otras naciones europeas.
Según los expertos de la OMS, “ha sido detectada a un ritmo más rápido que los anteriores aumentos de la infección, lo que sugiere que esta variante puede tener una ventaja de crecimiento”.
De comprobarse, el arribo de esta variedad del coronavirus impondría un nuevo reto al sistema de salud cubano, tras recuperarse de una ola de contagios en el verano durante la cual los casos diarios llegaron a más de 9000, las peores cifras desde que se desatara la pandemia en la isla en marzo de 2020.
Actualmente, el Ministerio de Salud Pública reporta a diario alrededor de 200 casos, con números de fallecidos que no rebasan la decena. Cuba vacunó a más de la mitad de su población —11 millones de habitantes— con los inmunólogos locales Soberana y Abdala, todavía sin el aval de la Organización Mundial de la Salud.