La periodista independiente Camila Acosta Rodríguez aseguró que la Seguridad del Estado pretende controlarla y hostigarla para obligarla a exiliarse, como ha hecho con otros reporteros disidentes en el pasado.
La policía política cubana mantiene una vigilancia de 24 horas sobre Acosta desde su excarcelación el 16 de julio de 2021. La periodista fue detenida el 12 de ese mes por su participación reportando las manifestaciones del domingo 11 de julio.
En entrevista con Radio Televisión Martí Acosta Rodríguez subrayó que “A estas alturas, yo creo que ellos me van a tener así los seis meses que les permite la ley, y entonces decidirán que hacer porque, realmente, lo que ellos pretenden es mantenerme controlada, hostigada, para para que yo opte por el exilio, lo cual ya les he dejado claro que no voy a hacer”.
La joven está siendo procesada por los supuestos delitos de “desorden público” e “instigación a delinquir” y está bajo una medida cautelar de reclusión domiciliaria. Las autoridades que la vigilan solo le permiten visitar a su abogado y a citas médicas.
Su expediente, el No. 50, aún se encuentra en fase preparatorio y la Ley de Procedimiento Penal cubana estima que el proceso de investigación puede extender por periodo de hasta seis meses.
Sobre el caso, Acosta Rodríguez dijo a Radio Televisión Martí que “Hay dos supuestos testigos -uno de ellos, un policía- que alegan haberme visto en la zona del Capitolio gritando ‘consignas contrarrevolucionarias’ e incitando al resto de las personas a hacer lo mismo. Pero nada de eso pasó. Yo me centré en mi papel de periodista, en documentar lo que estaba sucediendo”.
El pasado 23 de octubre Acosta Rodríguez cumplió 100 días de arresto domiciliario y así lo denunció en sus redes.
Acosta Rodríguez es una de las periodistas más hostigadas por la dictadura luego de integrarse a los medios de prensa no oficiales. Ha sufrido múltiples desalojos, detenciones y vejaciones a sus derechos humanos.
Durante el arresto en julio le confiscaron “20 000 pesos en moneda nacional de su padre, dos laptops (una de ellas ajena), varias memorias USB, un disco duro, una tableta de otra persona y el teléfono celular”, contó a CubaNet.
La periodista se negó a firmar una multa por el delito de “Desorden público” que se le imputan. “Ayer querían que yo me comprometía a pagarla, porque ellos le iban a pedir a la Fiscalía que solo me impusiera una multa como sanción. Pero si firmaba eso reconocía que había cometido un delito y no es así. No nos entendimos nunca”.