Costa Rica concedió este 9 de agosto la condición de refugiada a la periodista de ADN Cuba Karla Pérez, quien había solicitado amparo legal en ese país centroamericano en marzo de 2021.
El documento oficial, de la Comisión de Visas Restringidas y Refugio, emitió el dictamen atendiendo al relato de la periodista cubana sobre sus vicisitudes desde 2017, año en que pisó tierra costarricense por primera vez.
Según el texto, contra Karla Pérez se cometieron varias violaciones de derechos humanos, recogidas por la Declaración Universal de Naciones Unidas, entre ellas, violaciones al derecho de educación, libertad de expresión y retorno a su país de origen.
Además, reconoció las “falencias en el sistema de administración de justicia en territorio cubano, que impiden el cumplimiento de la seguridad jurídica y la justicia, y el recelo de la ciudadanía hacia las instituciones judiciales”.
Pérez quedó varada en Panamá durante su viaje de retorno a Cuba en marzo de 2021 luego de que las autoridades de la isla le impidieran entrar a su país.
En un audio enviado a los directivos de Copa Airlines en la terminal aérea de Tocumen —escala antes de aterrizar en La Habana—, un funcionario del régimen advirtió a la aerolínea que la joven de 22 años no podía regresar al país donde nació y donde vive su familia.
La noticia recorrió los medios independientes cubanos, así como la prensa internacional. En entrevista concedida a EFE, la joven calificó el hecho como una “injusticia”.
La prohibición no estuvo relacionada con algún trámite obviado por Pérez, pues su pasaporte estaba en regla y llevaba el resultado negativo de una prueba PCR, como exigen las autoridades cubanas.
El Programa de las Américas del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) y Human Rights Watch, entre otras organizaciones, condenaron la decisión del gobierno cubano.
Karla ingresó a la nación centroamericana en mayo del 2017 después de una propuesta del periódico El Mundo para realizar una pasantía que le permitiría finalizar sus estudios universitarios poco después de ser expulsada de la Universidad de Las Villas por colaborar con el blog del grupo disidente Somos+.
A pesar de obtener excelentes calificaciones, Karla fue sometida a escarnio público, durante el cual fue acusada de "subversión", "actividades contrarrevolucionarias" y "desviacionismo ideológico".
A raíz de estos hechos, con sólo 18 años, las autoridades universitarias decidieron expulsarla del alto centro de estudio.