El médico Alexander Raúl Pupo Casas, joven cubano a quien el régimen –por expresar sus ideas políticas libremente en redes sociales–, le hizo imposible continuar su carrera, cree que el cambio hacia un país democrático empieza por sacar de uno mismo los vicios y rasgos personales que llevaron a la dictadura, como el “populismo”.
Así reflexionó en un comentario que publicó en sus redes sociales. Para él, “el poder es algo embaucador, y muchas veces dañino. En buenas manos es un arma que beneficia a muchos, en malas manos puede ser fatal hasta para el propio individuo”.
Cuando el acceso al poder “viene acompañado de populismo es hasta peor”, razona el profesional de la salud natural de Holguín, quien advierte que “para el cubano los extremos siempre han sido tendencia”.
“La autosuficiencia negativa, y la falta de modestia nos hacen a veces sacar lo peor de nosotros mismos, nos hacen incluso olvidar quienes somos. Mientras vivimos en la nada estamos mal, pero cuando comenzamos a ser alguien, entonces creemos que somos dioses, que no nos podemos equivocar, que somos absolutos”, escribió en su perfil de Facebook.
Cree que por esa vía “poco a poco nos ayudamos a cavar nuestra propia tumba, y sin saberlo, vamos perdiendo la esencia de lo que nos llevó a crecer”. Por eso, Pupo Casas sostiene que “lo importante debe ser siempre el respeto a la opinión ajena. Sólo respetando a nuestro aliado, tratándolo como igual y nunca subestimando a un adversario ganaremos la batalla que lleva años estancada y que por fin parece que quiere agarrar el rumbo necesario”.
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“Si nos dejamos ganar por la popularidad, y no aceptamos que todos somos susceptibles a equivocarnos seremos solo eso, personas populares con un poder que no sabemos utilizar para el beneficio de nadie más que el propio. Para ser un dictador no hace falta ser Comunista o Fascista, solo se necesita utilizar mal el poder, y ese abunda en todas las doctrinas”.
El joven médico señala que “el mero hecho de querer 'Imponer o Dictar' tu opinión por encima del resto de las opiniones ya te convierte en eso contra lo que luchas. Y ser una persona conocida y respetada es genial, pero conlleva a una gran responsabilidad”.
“Si queremos liberar a Cuba de lo que la oprime, necesitamos, por obligación, sacar lo malo de nosotros también”, sentenció.
“Tenemos que entender que existe un brillo ajeno al nuestro. Que la luz no es de un solo color y que los sabores son diversos, así como las opiniones. Que el cielo no luciría igual si solo brillara una estrella en él y que existen varios caminos que te pueden llevar a un mismo destino”.
Alexander Pupo concluyó su reflexión, dirigida a construir puentes entre quienes quieren lo mejor para la nación: “Recuerda buen cubano que querer monopolizar la opinión y la atención también nos convierte en Dictadores, en ególatras, en megalómanos y nos hace caer en una Dictadura Populista”.