El Ministerio de la Industria Alimentaria, más conocido como Ministerio “de la Tripa”, envió este 21 de abril felicitaciones a su adorado líder, el camarada Díaz-Canel, por su cumpleaños.
“Hoy está de cumpleaños uno de los hombres más valiosos de estos tiempos en nuestra Cuba Socialista. Los trabajadores de la Industria Alimentaria le felicitan. ¡Feliz cumpleaños, Presidente!”, declaró la página oficial de la institución en redes sociales.
El colmo de la chicharronería, se diría en Cuba, este tipo de guiños y ademanes en redes sociales, sobre todo para un hombre, como señalaron varios analistas tras el VIII Congreso, que en realidad viene a dar la cara por el verdadero poder en Cuba: el de Raúl Castro.
Y el colmo, también, del kitsch comunista: ese mal gusto de quinceañera latinoamericana aplicado a la política: “felicidades, presidente”, con emoticons y cosas por el estilo.
Sin embargo, lo llamativo es el origen. Este Ministerio, y su titular, Manuel Santiago Sobrino, se hicieron famosos el año pasado luego de promocionar en público el consumo de alimentos hechos a base de tripas y gallinas decrépitas.
En redes sociales también es conocido como "ministro del hambre", por la profunda escasez de productos que hay en la isla, anterior al coronavirus y que no tiene para cuando acabar.
Entre las cosas que dijo aquel hombre en televisión, estuvo aquello de que el gobierno tenía unos 2000 kilómetros de tripas para alimentar al pueblo, es decir, para hacer con ellas chorizos, embutidos, croquetas y otros alimentos.
Por ahora, “de esa tripa hoy aprovechamos el 18%”, pero mucho mondongo que tendrá el pueblo a la mano, según el rollizo ministro, porque “estamos incorporando varias máquinas, equipamiento construido ya en nuestra propia industria, más eficientes, para poder llegar a más cantidad de metros” de vísceras.
Sus declaraciones desataron fuertes críticas de cubanos residentes en el país, a quienes ofrecen tripas mientras la carne de esos animales –que seguramente sería mejor recibida por los ciudadanos– viaja otros destinos, como el turismo y las mesas del Partido Comunista, o se pudre en almacenes por la ineficiencia del sistema, como se ha visto.
También se lo vio alimentando clarias e inspeccionando la producción de las famosas croquetas explosivas de PRODAL, pero ya esa es otra historia. Lo de hoy son las felicitaciones para el presidente designado por el soberano, es decir, Raúl.