Lo que el régimen viene preparando para los cubanos es un llamado Plan Nacional de desarrollo económico-social que supuestamente dará frutos... ¡hasta 2030!
En el contexto de una profunda crisis económica, agudizada por la pandemia de COVID-19, las autoridades solo apelan a promesas, para dentro de una década, cuyos resultados ya son conocidos por el pueblo.
El anuncio de este Plan viene a la par que el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), a celebrarse entre el 16 y 19 de abril de este año.
Según publicó el medio oficialista Granma, por increíble que parezca, ya se han implementado varias medidas. Entre ellas el criticado ordenamiento monetario; "perfeccionamiento y ampliación" del trabajo por cuenta propia; la "liberación" de la carne de res; ventas mayoristas y minoristas en moneda libremente convertible (MLC).
De acuerdo con el periódico del PCC, el régimen de la Isla organiza "un sistema de trabajo para avanzar en la implementación del Plan nacional de desarrollo económico-social 2030".
Se trata de seis macroprogramas: Gobierno, Institucionalidad y Macroeconomía; Transformación Productiva e Inserción Internacional; Infraestructura; Ciencia, tecnología e innovación; Recursos naturales y medioambiente, y Desarrollo humano, equidad y justicia social.
A la vez indican que estos se relacionan con los objetivos y metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, impulsada por las Naciones Unidas.
¿Equidad y justicia social? ¿Y las tiendas en MLC?
Vale detenerse en el 'macroprograma' sobre equidad y justicia social, dos palabras parte histórica del discurso oficial, pero que se traicionan cada día desde hace 60 años.
Como ejemplo cubre de esta traición están las tiendas en MLC, inauguradas en julio de 2020 y que se incrementan a medida que pasan los meses.
Allí, no entendemos quién puede comprar, pero de seguro no es el pueblo trabajador, que recibe su escaso salario en pesos cubanos.
El ministro de Economía, Alejandro Gil, aseguró entonces que la venta de alimentos en CUP y CUC se mantendrá. Al mismo tiempo, se abre la venta de productos de “media y alta gama” en moneda libremente convertible (MLC), es decir, divisas. En efecto, entre ellos están artículos de limpieza y alimentos.
Según Gil, el objetivo era captar una "demanda solvente" en el país que puede comprar en dólares u otras MLC estas mercancías, obviamente, a altos precios.