En el momento en que llegó la pandemia de la COVID-19 a Cuba las autoridades aseguraron que nadie quedaría desamparado; aunque desamparados es de lo que más hay en este país, se estaban refiriendo a que nadie iba a quedar sin trabajo.
La realidad ha sido otra, como denuncian dos residentes del municipio Jovellanos, en la provincia de Matanzas. Según una carta enviada a la redacción el oficialista periódico Juventud Rebelde, Yordanis Prens García y Julio García Mirabal eran dos trabajadores de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Prefabricado y Premezclado en el municipio de Jovellanos, que fueron despedidos por cumplir con una orientación de esa entidad a pedido de las máximas autoridades del territorio.
En la misiva explican que en agosto de 2020, en medio de la COVID-19, la dirección municipal de Salud necesitó apoyo para hacer frente a un brote de dengue en Jovellanos, ante lo cual la directora de Prefabricado y Premezclado, Dayana Gil, los reunió y les dijo que habían sido seleccionados para apoyar la campaña de fumigación del departamento de Vectores del policlínico René Vallejo.
Agregan que al día siguiente se incorporaron a su nuevo puesto laboral, en el que permanecieron tres meses, pero el seis de noviembre, aún en la campaña, se encontraron en la calle con la jefa de Recursos Humanos de la UEB y la jefa de Personal. Ellas les cuestionaron qué hacían todavía fumigando, que así no les iban a pagar el salario, porque ya habían terminado en la campaña el 30 de octubre.
Asimismo les dijeron que para cobrar sus respectivos salarios tenían que llevar una carta de Vectores y otra del primer secretario del Partido en Jovellanos, y al día siguiente Ilieski, la encargada de la campaña, les redactó la carta, firmada y acuñada. Por su parte, el primer secretario del Partido llamó por teléfono a la directora de la UEB para que les entregaran el salario y ya completaran el tiempo de apoyo.
Señalan además que el 16 de noviembre los mandaron a buscar de Prefabricado y Premezclado para una reunión, con vistas a una nueva reubicación en medio de la pandemia, y entonces la directora les informó que debían incorporarse a la Empresa Citrícola de Jagüey Grande para la recogida de toronjas, pero ellos le recordaron que, acorde con lo hablado con el dirigente del Partido, terminaban la campaña de fumigación el 30 de noviembre.
Regresaron al policlínico René Vallejo, y al concluir noviembre volvieron a la UEB, momento en el que se reunieron nuevamente con la directora para que los reubicaran, pero se encontraron con la sorpresa de que ya estaban excluidos de la nómina. Les habían dado baja del centro laboral y del sindicato, sin contar con ellos.
Ante esto, al día siguiente se entrevistaron con la presidenta del Gobierno y la Intendente en el municipio, y de igual manera se reunieron con el primer secretario del Partido, quien les orientó ir a la Dirección Municipal de Trabajo, pero allí la directora los mandó para la Agrofar del Minint La Guajira, y en ese otro lugar el director les dijo que no había trabajo.
Añaden Yordanis y Julio que cuando hablaron con la directora de Trabajo, al día siguiente ella se presentó en Prefabricado y Premezclado con la jurídica. Revisaron papeles y documentos, y encontraron muchas deficiencias. Les explicaron que lo ocurrido con ellos fue un mal procedimiento, pero luego de eso "han pasado tres meses y medio y aún estamos sin trabajo y sin respuesta. Sin esperanza alguna", concluyen.
