El veterano de Angola Julio Isaac Pérez conversó con ADN Cuba sobre las desatenciones que sufren quienes integran la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC), en el municipio San Luis en Santiago de Cuba.
Según el cubano de 55 años para los dirigentes de esa organización “un combatiente no pide”. Durante más de cinco años solicitó un terreno para construir y alega que solo se lo dieron luego de mucha insistencia.
“Me lo asignaron porque le dije a un combatiente que si no botaban al presidente yo no iba a pagar más, porque el objetivo de esta asociación es pagar 10 pesos, no es más nada”, explicó.
Issac Pérez está actualmente desempleado y no puede costear los gastos de una construcción. Por 1080 pesos cubanos el gobierno le vendió un solar de seis metros de ancho por 16 de largo.
“Yo no tengo respaldo para pagar eso. No me asignan ni materiales, tengo que comprarlos en el mercado negro que una cabilla vale 10 dólares, un metro de arena 200 pesos y así quien construye en un país”, expresó en entrevista.
Las medallas que obtuvo por sus combates en Angola, donde estuvo siendo un joven entre 1985 y 1987, no tuvieron ni tienen ningún valor para él:
“La medalla de la primera clase se la di a un vendedor de cigarros y me dio dos cigarros por ella. Esa fue la importancia que le di a las medallas y a las condecoraciones que dan ellos. Este gobierno no necesita un análisis, necesita un cambio”.
Con la llegada de la enfermedad pandémica a Cuba la crisis existente se agudizó; los veteranos de guerra, muchos ya ancianos, no fueron priorizados y por ello se queja Issac Pérez.
No se nos atendió, ni en este periodo de pandemia ni se nos va a atender nunca. ¿Cuándo nos van a atender: cuando uno muera, cuando la familia reclame y te pongan una bandera encima del ataúd, ¿eso es atención a un combatiente?”, se preguntó.
Víctor Dreke, fundador de la ACRC, reconoció a Cubadebate en 2017 que la organización "trabaja junto con el ministerio de Trabajo y Seguridad Social para ver qué problemas tienen los combatientes, acompañarlos y mejorar su calidad de vida”, aunque los criterios de combatientes no comulgan con esa afirmación.
La Asociación de Combatientes Revolucionarios fue fundada en 1993 por Dreke y Orestes Román y según el oficialista sitio Ecured, aglutina en una sola organización social a más de 330 mil cubanos de todas las edades, quienes han estado en las líneas del frente de las batallas revolucionarias desde la década de 1930 hasta el presente.
En Cuba no existen ONGs independientes reconocidas sin la bendición del régimen, por lo tanto, a los veteranos no les queda otra opción que buscar ayuda por los canales oficiales.