En un artículo publicado por la estatal Revista habanera de Ciencias Médicas, un grupo de cuatro académicos de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana llama la atención sobre un fenómeno que se ha vuelto recurrente en los últimos años en Cuba: El maltrato financiero a adultos mayores.
Este problema se enmarca en uno mayor: el envejecimiento poblacional, el cual según refiere, destaca dentro de los complejos retos que impone a la familia cubana, a lo que hay que añadir, que es una consecuencia directa del sistema impuesto en la isla por el dictador Fidel Castro y su grupo.
Según los profesionales que desarrollaron el estudio, hasta estos momentos el maltrato financiero a adultos mayores en Cuba, ha sido tratado de manera insuficiente.
El estudio tuvo como objetivo "determinar la presencia de maltrato financiero en los adultos mayores, así como sus características", y se realizó entre enero y diciembre de 2018, mediante "un estudio descriptivo transversal que incluyó a 175 adultos mayores de 60 años" del policlínico 'Carlos Manuel Portuondo', ubicado en el municipio capitalino de Marianao.
Los resultados arrojaron un índice de maltrato financiero en 53.1 % de los adultos mayores estudiados, y "entre estos, predominó el sexo femenino, las edades entre 70 y 79 años, el padecer al menos una enfermedad crónica no transmisible, los viudos y jubilados".
El estudio señala entre las principales manifestaciones de maltrato a este grupo poblacional, "los préstamos sin devolución, las compras no autorizadas, negación de acceso al dinero propio y la presión para realizar trámites legales".
Detalla además que los hijos fueron los que con más frecuencia ejercieron este tipo de maltrato, imperan el sexo femenino, las edades comprendidas entre 40 y 59 años, el nivel secundario de escolarización, los divorciados, y las amas de casa.
Asimismo refiere que "la mayoría tenía más de una persona a su cargo, no recibe ayuda económica externa y refirió antecedentes de atención por Salud Mental, mayormente debido a trastornos depresivo-ansiosos".
Las conclusiones a las que llegó el estudio destacan que "esta forma de violencia, a pesar de ser una de las menos abordadas, afecta a la población anciana y puede constituir un problema de salud".
La lamentable situación de pobreza en la que se encontraba la mayoría de las familias cubanas en el momento en que se llevó a cabo este estudio, aunque no lo justifica, es la causa principal de que este fenómeno acurra.