La papa es de los productos que más agradece la familia cubana, a pesar de ser uno de los más escasos, algo que se debe a que su producción y comercialización son exclusivos del régimen, lo que se traduce en que los campesinos no tienen permitido su cultivo con fines comerciales.
La nueva noticia referente a este tubérculo, en el marco del llamado "ordenamiento económico", es que el (des) gobierno ha decidido triplicar su precio, como ha hecho con otros productos, a pesar de la profunda crisis alimentaria que vive el país. Da cuenta de ello un artículo publicado este 25 de febrero por el periódico oficialista Tribuna de la Habana en su versión digital.
"El coordinador de Objetivos y Programas del Gobierno de La Habana, Julio Martínez Roque, aseguró este miércoles que el nuevo precio estipulado para la comercialización de la papa, a tres pesos la libra, se corresponde con la política de ordenamiento monetario, iniciada el pasado primero de enero, que establece la supresión de los subsidios a la mayoría de los productos", escribió el mencionado periódico.
Martínez Roque refirió que esta medida se debe a que según lo previsto en las nuevas medidas económicas, "ninguna mercancía o entidad puede registrar pérdidas en su balance contable, por lo que se fijan los precios acorde con la ficha de costo, aunque en el caso del tubérculo todavía no se logran cubrir todos los gastos en que incurre el país para garantizar su siembra y un adecuado rendimiento", lo que significa que el pueblo una vez más está obligado a pagar por las ineficiencias del sistema.
Asimismo, el funcionario alegó que "la mayoría de los insumos que se necesitan para asegurar las cosechas son importados, lo que significa una erogación de divisas significativa, en medio de una crisis económica causada por las afectaciones de la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba", aunque la realidad es que esta situación está dada por la mala planificación del régimen, la corrupción que impera en todas las instancias de la administración, y la negativa de permitir o fomentar el desarrollo de los campesinos.
A pesar de la subida de precio, Roque aseguró que esta nueva tarifa para la venta minorista "se considera justa teniendo en cuenta el nivel de ingresos de la población y aseveró que se trató por todos las vías de que se mantuviera asequible a los grupos vulnerables", a lo que hay que añadir que ni con los nuevos ingresos los cubanos, sobre todos los más damnificados, consiguen tener una vida decente.