El expreso político Lázaro Mendoza García está siendo privado por el régimen de la posibilidad de conseguir su sustento mediante el trabajo. Ello, como represalia por su activismo y oposición, y sin tomar en cuenta cuán difícil está siendo el día a día para los cubanos en estos tiempos de pandemia, escasez y pretendido ordenamiento monetario.
Según narró Mendoza García a las cámaras de Cubanet, siempre ha trabajado y muchos años de su vida laboral los ha dedicado a la empresa Correos de Cuba. A inicios de este año acudió a buscar su expediente y le informaron que en una de las dependencias de esa empresa en el capitalino municipio La Lisa había una plaza de custodio.
“Hago el contrato y empiezo a trabajar el 22 de enero, pero el 28 viene el administrador y me dice que del ministerio bajaron la indicación de que no podía trabajar allí porque tenía muchos antecedentes”, relató el opositor.
“Todos mis antecedentes son por actividad política. Trabajé mucho allí en Correos de Cuba… En este ordenamiento voy a buscar trabajo y sucede lo que sucede”, lamentó, al tiempo que dijo percibir una profunda contradicción en el discurso del régimen.
“Dicen que los opositores somos financiados desde el exterior. Hay una contradicción: una persona activa de la oposición, que no recibe financiamiento, quiere trabajar y se lo impiden”.
Mendoza García vive sólo con su madre anciana, cuya pensión, denunció, no le alcanza ni para lo básico.
“En esta situación no sé qué puede pasar de ahora en adelante. De algo tengo que vivir, tengo que comer. En última instancia iré para el Capitolio y me plantaré para que el gobierno sepa que estoy ahí porque no me dan trabajo. No me queda otra opción”, comentó el expreso político.
En septiembre, Mendoza García fue uno de los residentes en La Lisa que alzó su voz ante las penurias sufridas en el barrio El Palenque durante una cuarentena forzosa por un evento local de COVID-19.
Según afirmó en ese entonces, hubo mucha militarización y despliegue policial, pero pocos alimentos.
"No reforzaron nada de alimentos acá. Pusieron unas carpas y solo un día vendieron unas bolsas de galleta, a 25 pesos cubanos (un dólar) y un poco de jugo de limón. La gente no compraba eso. Pasamos hambre", comentó.
Además, criticó que hubiese "más policías que médicos”. “Yo no vi ningún médico, y encima de eso no le hicieron prueba a nadie en esta zona".
