EEUU no tolerará detención arbitraria de ciudadanos ni su uso como “moneda de cambio”

El abogado Jason Poblete interpretó lo dicho por Blinken como un “poderoso mensaje” para el castrismo que muestra interés en una “normalización” con el presidente Biden, mientras mantiene apresada a la ciudadana norteamericana Alina López-Miyares
Antony Blinken, Secretario de Estado
 

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Antony Blinken, Secretario de Estado de la administración de Joe Biden, expresó este lunes que EE.UU. no tolerará la detención arbitraria de sus ciudadanos, ni que los gobiernos intenten utilizarlos como ventajas para negociar.

“Me siento honrado de unirme” a la cancillería de Canadá “y más de 55 otras naciones al respaldar la Declaración contra el uso de detenciones arbitrarias en Relaciones de Estado a Estado”, expresó Blinken.

“Los seres humanos no son moneda de cambio. El arresto de personas con fines diplomáticos debe terminar ahora”, enfatizó el político de la administración Biden.

El abogado Jason Poblete, interpretó lo dicho por Blinken como un “poderoso mensaje” para el régimen cubano, que muestra interés de “normalización” con el presidente Biden, mientras mantiene apresada a la ciudadana norteamericana Alina López-Miyares.

“Alina López ha sido encarcelada ilegalmente en Cuba por cerca de 4 años”, tuiteó Poblete y añadió que “quizás 19 estadounidenses más” estarían en similar situación.


La semana anterior López-Miyares suplicó ayuda al gobierno de su país para solucionar su caso, a través de una llamada telefónica con Poblete, quien es su abogado defensor.

“Soy inocente. Por favor, ayúdenme a volver a mi país”, declaró López-Miyares, acusada de espionaje por el régimen cubano y permanece en prisión desde 2017.

La mujer declaró que tiene una nefropatía crónica y no come lo suficiente, ni con la calidad necesariaAgregó que su situación empeorará al punto de necesitar diálisis dentro de poco. Al mismo tiempo, su madre, de 93 años, necesita de sus cuidados debido a su edad y padecimientos.

Las autoridades carcelarias no le permiten recibir visitas, por lo que López-Miyares no ha podido reunirse con representantes de la embajada de EE.UU.

Alina fue acusada por el supuesto delito de espiar en favor de Washington y condenada a 13 años de prisión. En diciembre, su abogado urgió al Departamento de Estado y a su contraparte cubana, el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), a interesarse más por el caso de López-Miyares.

“No sería oportuno o acertado para ninguno de los dos gobiernos que una ciudadana de Estados Unidos muera en Cuba como consecuencia de negligencias de ambos”, dijo Poblete a ADN Cuba en ese momento.

En su último mensaje al Minrex, el abogado pidió que el gobierno de la isla aparte la política del caso de su representada y permita que esta reciba asistencia consular y sea visitada por él, algo a lo que el régimen se ha negado en varias ocasiones.

En junio, Poblete dijo a Radio Televisión Martí que “de acuerdo a la sentencia del tribunal que la juzgó, hemos palpado la severidad del fallo judicial en el cumplimiento de la sanción que se le impuso”.

“Por una parte, no ha recibido los beneficios que reciben los sancionados por la jurisdicción militar en sus centros penitenciarios, que son diferentes a las prisiones civiles, y por otro lado no le han permitido recibir la asesoría jurídica y consular que le corresponde por ser ciudadana norteamericana al momento de los supuestos hechos, como está estipulado en el artículo 64 del Reglamento del Sistema Penitenciario del Ministerio Interior”, explicó.

López-Miyares nació en Cuba y llegó a los Estados Unidos con sus familiares en 1969 cuando era niña. Se convirtió en ciudadana estadounidense por naturalización. Trabajó como maestra en escuelas públicas de Nueva York y a fines de la década de 1990 se mudó a Miami.

Conoció a su pareja durante un viaje a Nueva York, a principios de la década de 2000. En 2017, durante un viaje que hizo a Cuba para encontrarse con su esposo, Félix Martín Milanés Fajardo, un exdiplomático de La Habana ante Naciones Unidas, López-Miyares fue arrestada y juzgada junto a éste por supuestamente trabajar para los servicios de inteligencia de Washington.

“Mi opinión es que ella no es una presa política, ella es más un rehén, no se ha involucrado nunca en la política. Simplemente ella tuvo una relación con un personaje con un historial”. Pretenden utilizarla como “arma política”, analizó el abogado en declaraciones a Radio Televisión Martí.

 

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