Protestas de la población santiaguera obligaron a la empresa de taxis en la provincia a bajar el precio de ese tipo de transporte en Santiago de Cuba, informaron medios locales.
Según el periódico Sierra Maestra, “inicialmente, los precios eran de 5 y 8 CUP por kilómetro recorrido, de forma diferenciada para contratos de centros estatales, pacientes y ciudadanos”.
Pero, en los últimos días, las autoridades acordaron disminuir estos valores, “tomando en cuenta las quejas y criterios de la población, y con el fin de sopesar la desfavorable situación que hoy presenta el sector por la falta de equipos y recursos”.
“Ahora, cada pasajero podrá abordar el taxi pagando solo 1.25 CUP por km recorrido una vez que acceda a ellos en las piqueras de centros hospitalarios. Durante los regresos, la población podrá hacerlo pagando 2 CUP por kilómetro”, aseguró al medio el jefe de la UEB Taxis Santiago de Cuba, Misael Alfonso Soto.
“Esto nos obliga a alentar la gestión individual de cada conductor. De igual forma, es necesario que el responsable del auto explique bien a los clientes cómo será el nuevo sistema de pago, porque no contamos con taxímetros, como era anteriormente, y por ahora será difícil adquirirlos en mercados extranjeros. No obstante, estamos abogando porque los santiagueros puedan optar por este servicio”, agregó.
Para los taxis ruteros también se modificó el precio a 5 CUP, junto a la tarifa fijada para el Tren de la Ciudad, o de paseo, que ya circula a 10 CUP, oficializando la lista de costos de los vehículos que componen la UEB Taxis Santiago.
La incertidumbre ante el inicio del llamado “ordenamiento” en enero ha acelerado la llegada de la inflación, que los economistas anticipan será superior a la prevista por el gobierno y amenaza con difuminar los cacareados aumentos salariales y de pensiones.
A principio de mes el gobierno decretó tarifazos de la electricidad y otros servicios básicos, que revisó debido a protestas de la población.
Varios economistas habían advertido que la llamada Tarea Ordenamiento, que eliminará el CUC y dejará como único circulante al peso cubano, provocaría un alza desmesurada de precios que resultaría difícil controlar.
Incluso las tiendas en MLC, que comenzaron operaciones a mediados del año pasado y donde el gobierno vende lo básico a precio de oro y en dólares, comienzan a sentir la escasez generalizada. “No hay nada”, se escucha decir a los cubanos en todas partes.
Mientras tanto, el régimen no sede y continúa sin hacer las reformas económicas necesarias para que la economía cubana florezca y prospere bajo los principios del libre mercado.