Ketty Méndez Molina, madre de una cubana diagnosticada con autismo y desnutrición, volvió a exigir al régimen el ingreso clínico de su hija, a la que, según ha denunciado en reiteradas ocasiones, le han negado una correcta atención y seguimiento médico desde pequeña.
Se los advierto a la salud cubana. Si no acaban de ingresar ya a mi hija van a saber lo que les viene encima. Llevo 23 años esperando por ustedes, no voy a esperar más, escribió con evidente indignación este domingo en su perfil de Facebook Méndez, quien dijo no temer a amenazas ni chantajes del régimen y sus acólitos.
“No me den más largo, que siempre es una excusa”, demandó, al tiempo que pidió que, si la falta de atención a su hija se debe a falta de condiciones en los hospitales a los que pueden acceder la mayoría de los cubanos, la atiendan entonces en aquellos centros médicos destinados a extranjeros o cubanos de la élite del régimen como el Cira García, el Cimeq o el Hospital Hermanos Ameijeiras.
“Háganse la idea de que mi hija tiene un ‘amigo coronel’, no voy a esperar más”, sentenció Méndez, ironizando con el episodio que popularizara Paula Massola el pasado año al estar en la playa en plena etapa de confinamiento por la pandemia de coronavirus.
En declaraciones a ADN Cuba, Méndez explicó que su reciente post en Facebook se debe a que las autoridades municipales de Salud en Habana del Este faltaron al compromiso que contrajeron con ella de ingresar a su hija, Jennifer Larrea.
“Después de la denuncia que hice en mayo, hace unos cuatro meses vino a la casa el director del municipio de Salud. Vino a mi casa con una comisión y me prometieron ingresarla y hacerle los estudios que nunca le han hecho.
Les di un plazo hasta el 15 de enero e incumplieron. Le hicieron análisis en la casa, pero al parecer se perdieron, me dan excusas cada vez que pregunto por ellos”, explicó Méndez.
Lea también
Sobre el estado de salud de su hija, detalló que tiene un parásito en el intestino desde que tiene siete años. Requiere tratamientos para los que en Cuba no existe el medicamento o se vende muy caro y sólo en dólares, lamentó.
“Mi hija ya tiene 23 años y está en una fase crónica de ese parásito que le ha afectado el torrente sanguíneo, y los médicos aun así no me hacen caso”, agregó Méndez, que a partir de ahora dice exigir y buscar sólo una visa humanitaria.
Lea también
“Quizás lo que tenga (Jennifer) no es similar a otros casos que requieren visa humanitaria, pero necesita estudios para esta anemia profunda que tiene. Los médicos se los están negando. Si se siguen negando, necesito ayuda para sacarla”, concluyó.