Cuba registró en 2021 una mortalidad infantil de 7,6 muertes por cada mil nacidos vivos, según reportó este domingo el Ministerio de Salud Pública (Minsap) en su web oficial, una cifra superior a la de años precedentes y a las cinco muertes sobre las que habitualmente oscilaba el indicador.
La autoridad sanitaria situó las causas del incremento en los embates de la pandemia de COVID-19, enfermedad viral ante la que las embarazadas y los recién nacidos son considerados como grupos de alto riesgo.
El Minsap detalló en su reporte que en 2020, cuando aún el virus SARS-CoV-2 era desconocido, se atendieron en Cuba por la enfermedad a 103 gestantes y 17 puérperas, sin que se reportaran muertes maternas.
En contraste, en 2021 fueron diagnosticadas 6.947 embarazadas y puérperas y 93 de ellas murieron a causa de complicaciones asociadas a la enfermedad, lo que, si bien representa un 98.7 por ciento de supervivencia, incidió en mayores registros de muertes maternas e infantiles.
“Los cambios en el patrón de contagio de estas mujeres se debieron a la entrada en el territorio nacional de variantes del SARS-CoV-2 con mayor carga viral. A partir de los meses de febrero y marzo del pasado año, con la circulación en el territorio de la variante Beta (notificada por primera vez en Sudáfrica), empezaron a cambiar las características de la enfermedad”, explicó el Minsap en su nota.
El doctor en Ciencias Danilo Nápoles Méndez, jefe del Grupo Nacional de Ginecología y Obstetricia del Minsap, señaló al respecto que más del 70 por ciento de las gestantes pasaron a manifestar síntomas con la entrada en el escenario epidemiológico de nuevas variantes y presentaban neumonía severa e insuficiencia respiratoria, cuando antes eran asintomáticas en su mayoría.
La variante Delta, aislada en la India, hizo que la evolución frente a la COVID-19 se tornase aún más desfavorable, “con un incremento notable de embarazadas positivas que transitaban al estado crítico”.
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Los meses de julio, agosto y septiembre de 2021 mostraron los mayores picos de infecciones en gestantes y también de fallecimientos: 22 en julio, 39 en agosto, 18 en septiembre y ocho en octubre, cuando se detuvo la mortalidad, debido, en gran medida, a la incidencia de la vacunación, de acuerdo con el Minsap.
Sobre la población en edad pediátrica, la autoridad sanitaria refirió que hubo un incremento de niños que enfermaron.
De 1.308 pacientes positivos en 2020, cuando la mortalidad infantil reportada fue de 4,9 muertes por cada mil nacidos vivos, se pasó a 176.708 positivos en 2021, de los cuales 11.692 fueron menores de un año y 18 fallecieron como consecuencia de la COVID-19.
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Sobre el aumento de la mortalidad infantil, indicador insignia del oficialismo cubano para referirse a Cuba como una potencia médica o un país con indicadores de salud similares a los de los países desarrollados, el ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda, afirmó recientemente que no mantenerla por debajo de cinco por cada mil nacidos vivos, como era “el propósito propuesto para estos últimos dos años”, dolía “por la sensibilidad que implican nuestros niños”.
Al cierre de 2021, la Dirección de Registros Médicos y Estadísticas del Minsap refleja preliminarmente 99.093 nacidos vivos, 5.945 menos que el año anterior.
La mortalidad infantil reportada indica que al menos 753 infantes menores de un año fallecieron durante el año recién finalizado, por causas asociadas fundamentalmente, de acuerdo con el Minsap, con el nacimiento prematuro, el bajo peso al nacer y el retardo en el crecimiento uterino.