El congresista demócrata por Massachusetts, James McGovern, pidió al presidente Biden que comience un nuevo deshielo con La Habana en una carta enviada al mandatario el 19 de enero y que llegó a nuestra redacción este viernes.
En la misiva, McGovern pide revertir todas las políticas y sanciones impuestas por Trump contra la isla, entre ellas la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Para el senador, Biden debería darlo todo como muestra de confianza, sin pedir nada a cambio en un primer momento, como hizo Obama.
Otra de sus peticiones es completar el personal de la embajada estadounidense en La Habana. A su juicio, Washington carece del personal diplomático necesario —en calidad y cantidad— para conducir el intercambio con el régimen en el campo de acción, un factor a resolver antes de comenzar a dar pasos más importantes.
También solicitó separar la política hacia Cuba de la que sigue el gobierno con Venezuela y de las presiones de la comunidad latina en Florida. McGovern supone que esto mejorará la imagen del Partido Demócrata entre los votantes latinos, de cara a nuevas elecciones.
Es necesario reanudar los viajes, intercambios académicos y el comercio entre los dos países, consideró el político en su carta; esto podría generar confianza entre los dos gobiernos.
Por último, McGovern sugiere eliminar el veto a la compra-venta de alimentos y medicinas —no lo dice abiertamente, pero podría referirse al acceso de Cuba a la vacuna contra la COVID-19— y reactivar los grupos de trabajo conjunto sobre temas como drogas, control de fronteras, viajes, seguridad regional, entre otros.
¿Quién es el senador y cuáles son sus vínculos con el gobierno cubano?
McGovern ha sido defensor durante mucho tiempo de la normalización de relaciones con Cuba. Viajó a la isla con el presidente Obama en marzo de 2016 y con el secretario Kerry en agosto de 2015.
Introdujo una legislación para poner fin a las restricciones de viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba y ha sido un crítico constante de las políticas de “mano dura” de Trump y otras administraciones.
También es miembro del Grupo de Trabajo bipartidista Cuba en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, y estuvo involucrado en la restauración de la casa de Ernest Hemingway en la isla, la Finca Vigía, que es un proyecto de colaboración entre Cuba y organizaciones no gubernamentales y fundaciones de Estados Unidos.
En más de una ocasión, calificó al embargo como un “miserable fracaso” y una reliquia de la Guerra Fría.
En una de sus visitas a Cuba, se entrevistó con Raúl Castro. Además de expresar su preocupación por el estado de los derechos humanos y las libertades en la isla, reconoció los “esfuerzos” del país por ofrecer salud y educación gratis a su población
Recientemente, McGovern estuvo de visita en la isla y se reunió con el presidente designado Miguel Díaz-Canel. Aunque no trascendió el tema real de la visita, es sintomático que tan alto jefe castrista se haya reunido con un simple congresista de Estados Unidos.
La contrapropuesta de los republicanos
Recientemente, nueve congresistas encabezados por la representante María Elvira Salazar, republicana por la Florida, presentaron en el Congreso un anteproyecto que condiciona la remoción de Cuba de la lista de países que promueven y financian el terrorismo a que el régimen cumpla ciertas demandas.
La denominada Ley Fuerza tuvo el respaldo de los legisladores de origen cubano Mario Díaz-Balart, Carlos Giménez y Nicole Malliotakis y Alex Mooney, así como de los congresistas Stephanie Bice, Neal Dunn, Kat Cammack y Michael Waltz.
La propuesta exige a La Habana: liberar a todos sus presos políticos y permitir que las organizaciones internacionales de derechos humanos competentes investiguen las cárceles cubanas; una transición del régimen de Castro a un sistema que garantice los derechos del pueblo cubano a expresarse libremente y un compromiso a realizar elecciones libres y justas.
El Departamento de Estado recientemente volvió a incluir a Cuba en su lista de países patrocinadores del terrorismo por brindar apoyo a actos de terrorismo internacional al ofrecer un refugio seguro a terroristas.
Mientras tanto, Cuba tiene esperanza de que el presidente Biden revierta rápidamente las sanciones impuestas por Donald Trump y reanude una política de acercamiento, según dijo a la agencia Reuters Carlos Fernández de Cossío, principal diplomático de Cuba a cargo de las relaciones con Estados Unidos.
“Lo que no hay duda es que se puede revertir todo en el corto plazo si esa fuera la voluntad del Gobierno”, dijo el diplomático cubano.
Fernández de Cossío mencionó que las palabras de Biden durante la campaña presidencial insinúan que el nuevo presidente quiere reiniciar las relaciones donde las dejaron él y Obama.