Quién lo iba a decir: Mariela Castro y su CENESEX recibieron apoyo de la Fundación Ford —esa institución “imperialista”— para realizar sus actividades a favor de la igualdad de género y contra la discriminación sexual.
El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y el Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (CENESEX), convocaron a participar en la Primera Escuela Internacional de Posgrado: “Géneros, sexualidades y derechos, a desarrollarse en La Habana, como parte del homenaje de CLACSO por el 60 aniversario de la Revolución Cubana.
Y quien dio el apoyo financiero para realizar esa actividad fue la Fundación Ford, como aparece reflejado en la página de CLACSO, una organización que agrupa a intelectuales de izquierda, con fuertes vínculos con los gobiernos cubano y venezolano y muy crítica de las democracias liberales.
Al parecer, las buenas relaciones de ambas institucionales con la Fundación vienen de atrás, pues en 2016 la archiduquesa Castro a sus financiadores en una reunión del Hotel Nacional, en el marco de una visita a Cuba de la Junta Directiva de esta organización norteamericana.
El proyecto conjunto se nombre “Memorias de la Revolución Cubana”, y según la Universidad de Southampton —asociada a él—, “Memorias” funciona al menos de 2004.
Mientras todo esto ocurre con la complicidad del régimen castrista, los periodistas independientes y activistas opositores son denigrados en la prensa oficialista por “recibir dinero del imperialismo”.
Con motivo de las protestas frente la Ministerio de Cultura y la huelga de hambre del Movimiento San Isidro (MSI), el régimen recrudeció la campaña de descrédito basada en el supuesto “mercenarismo” de la prensa independiente, que dio cobertura a estos sucesos.
Periodistas como Yoani Sánchez, Abraham Gutiérrez, Camila Acosta y Carlos Manuel Álvarez fueron acusados, por enésima vez, de recibir apoyo monetario del extranjero.
Organizaciones de la sociedad civil como la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), el MSI, entre otras, caen dentro del grupo. Sin embargo, nada se dice del dinero que recibe el régimen cubano de esas mismas entidades, para realizar sus propios proyectos.
La periodista Camila Acosta declaró recientemente a Radio Martí que nadie debería ser juzgado por recibir justo pago por realizar su trabajo, como ocurre en cualquier país del mundo, y recordó que esta campaña es una jugarreta del castrismo para desprestigiar a los opositores frente a la población.
Castro Espín, hija del mandamás de Cuba, Raúl Castro, goza de privilegios prohibidos para cualquier cubano común. Además, se ha ganado la antipatía de todos en redes sociales por sus comentarios altaneros y arrogantes.