El Buró de Democracia, Trabajo y Derechos Humanos del Departamento de Estado de Estados Unidos acusó este miércoles que el régimen cubano está tratando de aplastar a Denis Solís y al Movimiento San Isidro por hacer valer los derechos que todos los ciudadanos de la isla merecen, específicamente el de libertad de expresión.
“Juicio sumario y ahora prisión de máxima seguridad por el presunto delito de ‘falta de respeto’. El gobierno cubano está tratando de aplastar a Denis Solís y al Movimiento San Isidro por hacer valer los derechos que todo cubano merece, como el de libertad de expresión”, escribió el Buró en su perfil oficial de la red social Twitter.
El mensaje fue replicado por la Embajada de Estados Unidos en Cuba, a cuyo personal diplomático el régimen, alegando subversión, le ha impedido involucrarse en el caso de Solís y los activistas que hicieron una huelga de hambre para exigir su liberación.
El gobierno de EEUU ha condenado en reiteradas ocasiones durante las últimas semanas el acoso contra los activistas que protestaron pacíficamente en San Isidro y ha exigido la liberación “incondicional” del músico contestatario Denis Solís.
En documento oficial emitido por el Departamento de Estado, su titular, Mike Pompeo, recordó el pasado 25 de noviembre que su país “acompaña en solidaridad al pueblo cubano” y seguirá “denunciando estos abusos flagrantes contra los cubanos que ejercen sus derechos”.
“Instamos a nuestros socios democráticos en todo el mundo a alzar su voz y exigir que el respeto de los derechos humanos sea una condición previa para cualquier tratativa con el régimen de Castro”, subrayó una nota oficial de la entidad gubernamental en ese entonces.
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Detenido arbitrariamente y de forma violenta el 9 de noviembre, Solís fue sentenciado a ocho meses de privación de libertad por el delito de 'desacato' a la autoridad.
La sentencia se pronunció en menos de 72 horas después de su detención, en un proceso sumario sin garantías legales para el acusado. Conforme a estándares internacionales, Solís sufrió una desaparición forzada. Los agentes de Seguridad que lo arrestaron no presentaron una orden válida, información de cargos ni derechos que podría ejercer, y se desconoció su paradero durante tres días.
El pasado lunes su familia denunció su traslado al centro penitenciario de máxima seguridad Combinado del Este, en La Habana. Según su tío Vladimir González Scull, “no se conoce el día del traslado”, una medida que tomó a la familia por sorpresa, ya que al rapero se le ha permitido comunicarse muy poco.