El activista Osmel Adrián Rubio, uno de los huelguistas de hambre que estuvieron acuartelados en la sede del Movimiento San Isidro, denunció que en la madrugada de este miércoles vecinos castristas lo agredieron lanzando piedras contra su vivienda.
“Estoy siendo atacado en esos mismos instantes, después me llaman terrorista, mis mismos vecinos atacándome tirando piedras para mi casa”, denunció quien tiene menos de 20 años.
Rubio, objetor de conciencia que se niega a ingresar en el Servicio Militar, pidió mediante un post de Facebook: “por favor denle publicidad a este post no tengo miedo a seguir luchando [,] pues yo grité en [la estación policial] Cuba y Chacón el día 26 después de haber sido desalojado del MSI que si el precio de la libertad es la vida yo pagaba”.
Según refirió el opositor, “las piedras vienen de casa de Lorenzo Caballero”, un individuo al que identifica como nieto de la presidenta del Comité de Defensa de la Revolución (CDR), quien lo ha amenazado diciendo que lo va “a destripar”.
Osmel Adrián Rubio Santos, el más joven de los activistas que protestaron pacíficamente en la sede del Movimiento San Isidro en La Habana Vieja, por la liberación de Denis Solís, se encuentra bajo un operativo permanente de vigilancia policial, sin poder salir de su vivienda.
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Rubio Santos dijo a ADN Cuba este lunes que se encuentran afuera de su residencia “un represor de la Seguridad del Estado y tres oficiales de la PNR, [Policía Nacional Revolucionaria]”.
El joven opositor al régimen castrista, que permaneció durante tres días en una huelga de hambre que debió abandonar por problemas de salud, señaló que este domingo comenzó “a leer en voz alta, parado en la punta del pasillo exterior de mi vivienda, historias y cuentos de La Edad de Oro”.
Esta fue la lectura que el activista escogió para participar en el “susurro poético” en apoyo al Movimiento San Isidro. “Al no tener un libro de poesía en la casa, decidí leer la obra de José Martí”, apuntó Rubio Santos.
Sus lecturas también están dirigidas a los represores que mantienen el cerco policial en los alrededores de su residencia. Rubio Santos señaló que “uno de los esbirros dijo dirigiéndose a un vecino comunista: búscame una Biblia para que veas que yo grito más que él”.
“Entré a mi casa saqué mi Biblia y leí al menos siete salmos”, respondió el joven cubano, quien junto a su familia, hace pocos días fue víctima de un mitin de odio, o acto de repudio, promovido por la Seguridad del Estado.
El joven de 18 años, afirmó a Radio Televisión Martí que “mientras más hostigamiento, mientras más represión haya contra mí, más firme en mis ideales voy a permanecer, más fuerza, más apoyo le voy a brindar a todo el que está en contra del sistema cubano”.
Osmel Adrián se negó el pasado mes de octubre a ser reclutado para el Servicio Militar Obligatorio.
“Aunque me torturen como en los tiempos de Batista voy a seguir en contra de la dictadura”, ha afirmado.
Rubio Santos entregó una carta en el Comité Militar de municipio Cotorro (La Habana) negándose a pasar el Servicio Militar bajo el régimen cubano. En la misiva expresó su decisión de no empuñar las armas para defender a la dictadura.
El joven es activista de derechos humanos y se ha mantenido en contacto con los disidentes Ángel Moya y Berta Soler, razón por la que la Seguridad del Estado lo ha increpado para que abandone sus vínculos con la oposición, y no visite la casa donde sesiona la sede de las Damas de Blanco.
Por su postura crítica con el gobierno castrista y su reciente cercanía al Movimiento San Isidro, Rubio ha sido detenido e interrogado arbitrariamente.