La escasez y la crisis en Cuba se confirman hasta en los nimios episodios que causan algarabía entre los cubanos, como el ocurrido hace unos días en la calle Obispo, en La Habana Vieja, donde decenas de residentes y transeúntes olvidaron sus rutinas para lanzarse a la caza del detergente líquido que les fue proveído por la madre tierra o, mejor dicho y en estricto apego a lo ocurrido, por un camión que accidentalmente lo derramó.
El hecho fue relatado vía redes sociales por varios testigos presenciales y protagonistas directos del rescate del producto, escaso en Cuba como la mayoría de los artículos de primera necesidad. “Corre, corre, corre que se botó el detergente. Apúrate pa´ que alcances”, escribió el usuario de Facebook Eduardo Font Hechavarría, quien acompañó su breve post con un significativo “Noticia de última hora”, para aludir a lo llamativo del hecho, y una foto que muestra a varias personas recogiendo el detergente derramado en la calle.
Con más detalle, en el Grupo Público “Humor Cubano Anti Stress 2.0”, de la misma red social, el usuario identificado como Orlando Aymel Alfaro Montoya compartió una imagen en la que sostiene una bolsa con el detergente que recogió en Obispo.
“¿Saben qué es esto? No me van a creer. Saliendo de casa de un amigo por la calle Obispo un camión derramó un tanque de detergente líquido. Todos al abordaje en la calle con cubos y jarros. Yo pude coger esta jabita: 1 litro y medio”, relató Alfaro, para luego bromear con la comprensión personal que hizo de otra de las muestras más evidentes de la insuficiencia del modelo de gestión económica de Cuba.
“Lo gracioso es que al fin pude descubrir la ventaja de tener baches en las calles. Todo el detergente se acumuló allí y paann. Sirvió de algo”, comentó en ese sentido.
El detergente líquido es uno de los productos que pueden adquirirse en las bodegas que venden la canasta básica normada en Cuba, mediante la libreta de abastecimientos. Sin embargo, los de producción nacional y precios medianamente accesibles resultan insuficientes para cubrir la demanda, lo que obliga a los cubanos a comprar el producto en las tiendas recaudadoras de divisas, a precios incoherentes con los menguados salarios que reciben.
Ello, cuando hay, pues el detergente ha sido otro de los artículos de primera necesidad que han escaseado en estos tiempos de pandemia y que se han cotizado muy por encima de su valor habitual en el mercado informal, obligando incluso a que algunas provincias lo regulen y limiten mediante su inclusión en módulos que se venden contra la libreta o cartilla de racionamiento de cada núcleo familiar.