Continúa el delirio: tripas, masa de yuca y sangre de animal para los embutidos

Hay planes para utilizar tripas gruesas de animales, pasta de soya, yuca para completar los embutidos junto a la harina de arroz. El castrismo hace maravillas...
Fábrica de embutido en Granma
 

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¿A quién puede asombrar, luego de 60 años de fantasías y delirios, las cosas que publica la prensa oficialista en Cuba? Ahora un diario de provincia acaba de decir que la producción de tripas "sustituye importaciones". ¿Importaciones de qué? De carne, lo que necesita el cubano y hace tiempo no ve.

Como si de una maravilla culinaria se tratara, dígase unos chorizos españoles o unas salchichas alemanas, la empresa cárnica de Granma destina la sangre y las tripas para hacer embutidos, “con el consiguiente aporte a la sustitución de importaciones”, agrega La Demajagua. Eso sí: no especifica sangre y tripas de qué animal; podría ser cualquiera.

“Se ha modificado el sistema de evaluación de la sangre, pues la empresa tiene un plan de embutido a partir de esta que es de los más altos de Cuba”, aseguró al medio Roger Diego Fernández, director general, para que nadie vaya a pensar que en su feudo de embutidos y mortadellas se trabaja sin sentido de la excelencia.

La empresa cárnica se aventura en nuevos continentes, explora posibilidades, innova y crea: hay planes para utilizar tripas gruesas de animales, pasta de soya, yuca para completar los embutidos, esta última en una prueba que ha sorprendido por su capacidad como extensor, superior incluso a la harina de arroz. Pues sí: se utilizaba el arroz y no lo sabíamos.

Ni así se siente satisfecho el aguerrido colectivo de la empresa cárnica. Fernández explicó a la prensa la insatisfacción con los resultados productivos del año, por un descenso considerable de las entregas de carne por parte del sector agropecuario. Se entiende entonces por qué hay que recurrir a las tripas.

En carne de cerdo en banda, la productora cerrará la etapa con más de seis toneladas físicas menos, en relación con lo que hizo en el 2018, y no lo compara con el 2019, detalla, porque ya en ese año se registró igual un decrecimiento importante.

“Si hoy todavía no se ha visto en su justa dimensión el impacto negativo es porque al parar la educación y el turismo, redireccionamos lo que estaba destinado para esos sectores hacia la entrega directa a la población”, asegura Fernández, lo que hace ver quién tiene realmente la prioridad frente a las necesidades alimenticia de la población.


No podía faltar la croqueta: “Se ha venido trabajando en la carne en conserva y la croqueta que es en lo que la empresa puede decidir”, declaró el directivo.

“No se está vendiendo cerdo, solo una pequeña cantidad para los comedores de la atención a la familia (1,5 toneladas en el mes) porque hay que defender la producción de la industria que es el encargo estatal de la canasta familiar normada como prioridad absoluta”.

“En las carnes en conservas no se están haciendo jamones en los que tiene alta participación carne selecta, sino se prioriza la mortadella y otros embutidos que tienen una calidad media, la solución no son los lujos de la abundancia, sino con esa misma carne disponer de más toneladas de alimentos”.

La última precisión era innecesaria: los lujos en Cuba ya sabemos para quiénes son.

 

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