Este martes 23 de agosto quedará grabado en la memoria de todos los aficionados culés como el día en el que Lionel Messi se aburrió de todo y decidió largarse del Camp Nou, haciéndolo quizás de la manera más fría y calculadora posible: un burofax.
La noticia explotó como un polvorín en el medio de un bosque alcanzado por un incendio forestal. Tan potente fue el estallido, que no hubo nadie que pasara desapercibido. Lo adelantaron desde Argentina, una plataforma muy amiga de Messi (TyC Sports) y también lo confirmaron desde España (Alfredo Martínez, Onda Cero).
Las redes se inundaron de mensajes de apoyo a Messi de antiguos compañeros, de actuales amigos y de amigos del jugador argentino. No había dudas: era cierto lo del burofax.
Por ahora, no hay ninguna información oficial por parte del Club, ni tampoco declaración alguna del propio jugador. A la espera de ambos acontecimientos, quiero compartirles dos situaciones en las que casi nadie ha pensado y que me parecen muy graves (sobre todo) para el Fútbol Club Barcelona.
Primera: Ronald Koeman
El entrenador holandés acaba de ser nombrado como nuevo técnico del Barça. Fue utilizado por Bartomeu para aplacar el 2-8 de la Champions y, ademá,s para dar señales de cambios verdaderos en el primer equipo. A Koeman le prometieron libertad absoluta y decisiones importantes. El ex-seleccionador de Holanda ha llegado sacudiendo un vestuario que está lleno de ganadores, los más altos sueldos y futbolistas muy acomodados.
Realmente Ronald se ha metido “en candela” haciendo lo que se tenía que hacer, preparándoles la maleta a algunos pesos pesados y dándoles protagonismo (al menos en el papel) a otros que parecían olvidados.
Ahora, con el bombazo de Messi y todo el terremoto en Camp Nou, a Ronald le han dejado solo. Es la apuesta de un presidente perdedor y que está en la hoguera de la inquisición catalana, y no olvidemos que en unos días comienzan los entrenamientos de cara a la siguiente temporada.
El sentimiento de Koeman debe ser de máxima confusión e incertidumbre. Llegar y que te reciban con Messi fuera, el que te elige, fuera, medio vestuario en la calle y sin mucho dinero en las arcas del Club debe provocar, cuando menos, muchas dudas en el flamante cuerpo técnico.
Segunda: Reemplazo de Messi
Se habla mucho del destino de Messi, pero se habla muy poco del agujero negro que deja detrás el rosarino con su partida del Barcelona. Hablamos del futbolista del que llevan años dependiendo en lo absoluto. Al menos en las últimas 3 temporadas ha existido una Messi-dependencia tan preocupante como devastadora en estos momentos.
Si Lionel Messi se marcha, lo hará gratis. Sí, gratis. El Barça no verá un euro por la salida del “10” argentino y, aunque se ahorra un dineral en sueldo, no tiene liquidez para afrontar un fichaje que tenga el calibre para calmar a la turba de fanáticos enfurecidos.
Pero ahora imaginemos que piden un préstamo y tienen el dinero para afrontar un gran fichaje. ¿Quién querría venir a un Barça completamente en crisis deportiva e institucional? ¿Lautaro Martínez? ¿Jadon Sancho? ¿Gabriel Jesús? ¿Neymar? ¿Quién podría llegar vestido de bombero apaga-fuegos? Yo veo el abanico de posibilidades muy estrecho y el rango de decisiones bastante escueto.
Hay pocos futbolistas en el mercado, pocos de la calidad suficiente como para ¡intentar! cubrir el hueco enorme que deja Messi, o al menos maquillarlo un poco. Además, es que el Barça está inmerso en un cambio generacional que no solo necesitaría de un futbolista de élite, sino que impera la obligación de traer al menos 3 o 4 nombres que renueven su envejecida columna vertebral.
La situación está muy fea en Can-Barça. Me atrevo a asegurar que es uno de los peores momentos de la historia del club: 2-8, Bartomeu Dimisión, Messi y el burofax, protestas en las afueras del Camp Nou, posible moción de censura de los socios, cuentas en números rojos, sin títulos en esta temporada, nuevo entrenador, cambio generacional… y esta novela recién comienza.
Seguimos informando.