Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el presidente designado por el general Raúl para prolongar el desastre de Cuba bajo la gestión del castrismo, tiene tocando a su puerta a numerosos acreedores. Uno de ellos es un supuesto aliado de La Habana, pero que al parecer no le dejará pasar una a los ladinos dirigentes de la dictadura.
El nuevo gobierno argentino de Alberto Fernández piensa cobrarle al régimen cubano una multimillonaria deuda que arrastra la isla desde los años 70.
El canciller Felipe Solá ha sido encargado con la “misión imposible”, según el diario La Nación, de quitarle los dólares al comunismo caribeño, que poco paga y por estos días dio un timonazo hacia un plan de recogida de divisas.
No sería la primera vez. Los presidentes Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Mauricio Macri y hasta Néstor Kirchner en su momento –a pesar de las buenas relaciones que exhibían públicamente– pretendieron cobrar a los malapagas del castrismo.
Según La nación, en enero del 2020 durante la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en México, el canciller Solá le recordó a Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores cubano, que debían a Argentina la enorme suma de 2 mil 700 millones de dólares. Pero el vocero internacional de la dictadura esquivó el asunto diciendo que conversarían al respecto en reuniones posteriores durante el año, algo aplazado por la pandemia, aunque “los contactos siguieron de manera virtual”, informa el medio citado.
La astronómica deuda de Cuba comenzó a crecer desde 1973, porque gestiones del entonces presidente peronista Héctor J. Cámpora, permitieron dar al autoritario Fidel Castro una línea de crédito de 600 millones de dólares, para adquirir tractores, maquinaria agrícola, camiones y vehículos Fiat 125, Renault 12, Ford Falcon, Ami 8 y Peugeot 404.
Ahora, el canciller Solá tiene que recoger esa enorme pita que amenaza con esfumarse, si no lo hizo ya, porque el gobierno de Miguel Díaz-Canel también es continuidad de los dictadores Castro en no pagar lo que debe.
Según La Nación, el ministro argentino trabaja en “una oferta flexible que contemple inversiones argentinas en la isla y exportaciones”. Tiene el problema adicional de que la vicepresidenta Cristina Kirchner está en buenas relaciones con el castrismo, por lo que “las gestiones no pueden ser agresivas”.
La administración de Alberto Fernández ha estimado la deuda en 1279 millones de dólares de capital -el cálculo de los '90-, a los que se suman otros 1412 millones por los intereses. Representa el 6% de lo que Argentina debe al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Cuba solo ha pagado en todo este tiempo a la Argentina, 102 millones de dólares en 1988, y 98,6 millones al año siguiente.