La Sociedad Internacional de Derechos Humanos (ISHR) prepara una solicitud para el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para llamar su atención por el hostigamiento del régimen cubano contra Ariel Ruiz Urquiola.
El biólogo y ecologista, quien se encuentra en huelga de hambre frente a la sede del Consejo, en Ginebra, Suiza, fue arrestado arbitrariamente entre junio y julio de 2018, un suceso que provocó la atención de la comunidad internacional, aunque no fue el único caso de acoso contra él.
Ariel denunció que le inocularon el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en la cárcel. Esa es la razón fundamental de su protesta frente a las oficinas de Naciones Unidas en la ciudad suiza, que comenzó el 22 de junio.
La solicitud formal de ISHR a Naciones Unidas está programada para la próxima semana. Según Martin Lessenthin, directivo de ISHR, el objetivo es que La Habana permita una “investigación abierta” del caso.
En entrevista concedida a EFE, Urquiola dijo está dispuesto a llevar su manifestación hasta las últimas consecuencias. “Seguiré hasta que mi cuerpo aguante, y que sirva mi sacrificio para demostrar con cuánta impunidad trabaja la Oficina de Naciones Unidas, pues por aquí han pasado decenas de sus trabajadores y oficiales, incluso la alta comisionada Michelle Bachelet, y ni siquiera me han preguntado cómo estoy”, afirmó.
El experto cubano pide a la oficina dirigida por Bachelet que “cumpla con la máxima que está inscrita en sus deberes y objetivos, que es ser garante de los derechos humanos y de expresión de las víctimas, aún más de la protección y el cuidado sin estigmatizaciones de los pacientes de VIH”.
Una petición ante la que mantiene cierto escepticismo, ya que en anteriores ocasiones no ha sido escuchado por el organismo: “En 2017 toqué esa puerta, entregué documentos y me atendieron fuera, en la verja, porque los cubanos somos ciudadanos de segunda categoría ante el Alto Comisionado”, aseguró a la agencia española.
Aunque la oficina de Ginebra no le ha dado la atención que pide, Urquiola recibió hace dos días la visita de un funcionario, Tom Haeck, que conversó con él a escasos metros del Palacio Wilson, la sede del organismo, donde el opositor cubano hace ejercicios de meditación cada cierto tiempo para sobrellevar el ayuno.
Haeck se mostró interesado en su caso y le pidió toda la documentación sobre la denuncia que el cubano quiere interponer en la ONU.
Ruiz Urquiola fue expulsado en 2016 del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de la Habana por exponer las malas prácticas ambientales del régimen. Más tarde en 2018 lo condenaron a un año de prisión por desacato. Ruiz Urquiola respondió a su juicio con una huelga de hambre y sed de 16 días.