Mariela Castro, la hija del general Raúl Castro, aseguró que la recién fallecida vedette Rosita Fornés estaba “plenamente identificada con la Revolución Cubana”, como ella y los partidarios del régimen llaman a la dictadura entronizada por su familia, que a tantos artistas persiguió y continúa haciéndolo.
En una serie de publicaciones en la red social Twitter, la polémica directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) presume, como para que nadie se atreva a contradecirla: “Yo sí conocí a Rosita”.
Fornés, artista del teatro, el canto, la radio y el cine fue muy admirada también, como todo un ícono de belleza y resistencia, por la comunidad LGTBI.
Eso lo reconoce Mariela, pero se las arregla para unir en un mismo tuit la simpatía de la vedette por esa comunidad históricamente marginada y perseguida por el régimen, con el aplauso al castrismo: “siempre comprendió la realidad de las personas #LGBTI, las luchas de las mujeres y de la FMC. Con su inmensa bondad y sentido de justicia amó a esta Revolución desde lo más profundo de su existencia”, aseguró la hija de Raúl, el mandamás del Partido Comunista de Cuba.
Agrega que la versátil artista cubana, que falleció en Miami el pasado 10 de junio “era una mujer encantadora, inteligente, simpática y plenamente identificada con la Revolución Cubana”.
Según la Castro, Rosa Fornés le “contó su historia y algunos secretos”, por lo que la infanta de la dinastía comunista-tropical cree que las supuestas confidencias de la admirada artista la hacen una experta en su vida, al punto de asegurar que la estrella de la cultura, ninguneada durante mucho tiempo por el régimen, era una ferviente admiradora de la dictadura.
Luego de las aludidas conversaciones, dice Mariela: “la comprendí y admiré más todavía”.
En el hilo de Twitter, afirma que “en sus prolongados reposos post operatorios #RositaFornés me llamaba frecuentemente por teléfono, tanto a la casa como a la oficina, para conversar de muchos temas #Cuba”
Y dice más, queriéndose parecer al ícono estético de muchos cubanos durante décadas. Según Mariela Castro, Fornés le reía la gracia, “se divertía mucho cuando le contaba de mi infancia y adoptaba el nombre de Rosita, me disfrazaba y maquillaba para ser tan bella como ella”.
Este martes, decenas de cubanos brindaron su último adiós a la célebre artista, Rosita Fornés, en un sentido homenaje en el Teatro Martí, de La Habana.
Los restos de la vedette cubana, fallecida el pasado 10 de junio en la ciudad de Miami fueron depositados en el panteón familiar del Cementerio de Colón.
“Es un día que cada cubano debe sentirse un poco triste, por perder una gran figura como Rosita. Es la vedette de nuestro país y del mundo. Estamos aquí para rendirle homenaje”, expresó uno de los presentes a ADN Cuba.
Juan Pin Vilar, reconocido director de cine y televisión cubano, cuando conoció del fallecimiento escribió en Facebook: “Con su muerte desaparecen varias épocas de oro del amplio repertorio musical, teatral, cinematográfico y televisivo del continente. Descansa en paz Rosa, supiste guardar distancia sobre todo lo mediocre y mundano”.
La actriz y cantante cubana, quien recientemente arribó sus 97 años en Miami donde vivió sus últimos meses, padecía desde hace años una afección respiratoria crónica por un enfisema pulmonar.
Catalogada como una “vedette” por su amplio registro de habilidades artísticas, Rosita Fornés hizo historia en Hispanoamérica con sus tempranas apariciones en el cine, la televisión y el teatro. Nació en Nueva York en 1923 pero fue traída por su familia a La Habana, donde de manera precoz inició su carrera profesional.
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La Fornés es una de los últimos mitos cubanos que triunfó internacionalmente en la primera mitad del siglo XX. Incursionó en géneros como la opereta, la zarzuela, la comedia musical, el drama clásico, tanto en radio y cine, como en la televisión.
Fue fundadora de la televisión cubana, donde realizó programas humorísticos, dramáticos y de canto líricos. Sus estelares papeles en importantes películas de ficción cubanas como Papeles secundarios (dirigido por Orlando Rojas) y Se permuta (Juan Carlos Tabío), la mantuvieron en la preferencia de sus compatriotas hasta finales del siglo XX.
En el 2001 le otorgaron el Premio Nacional de Teatro, junto a la también legendaria actriz María de los Ángeles Santana. También mereció los premios nacionales de Televisión (2003) y Música (2005).