Varios residentes de una cuartería en Delicias 419, entre Luz y Altarriba, barriada de Lawton, municipio de Diez de Octubre, viven entre desperdicios y sin acceso a agua potable debido a la desidia de las autoridades, que no arreglan las cañerías de la zona a pesar de muchos reclamos.
Ninguno puede seguir correctamente las medidas higiénicas contra el coronavirus porque el agua potable llega cada cuatro días y por apenas una hora.
“Yo estoy aterrorizada. A causa de esta situación estuve 22 días en terapia intensiva y no se contaba conmigo. Esto lo sabe hasta la dirección del policlínico; todo el mundo lo sabe y nadie resuelve nada”, denunció Siana Delgado de la Tejera, quien se encuentra en estado de gestación.
La embarazada señaló que siente temor por la infección que rodea su vivienda, que ha venido a sumarse a la falta de agua potable que le impide mantener una higiene extrema en su hogar como medida de prevención ante la amenaza del coronavirus y otras enfermedades.
“Mi niña, la de cuatro años, hace poco la iban a ingresar por sospecha de dengue debido a la mosquitera que hay aquí. Estuvo tres días con fiebre”.
La mujer aseguró que mantener el aislamiento social en su pequeña comunidad se hace muy difícil para los vecinos. Resulta imposible mantenerse dentro de la casa debido a la fetidez de las aguas albañales que corren por el pasillo de la cuartería. Los desechos se acumulan frente a la mayoría de las viviendas.
“Nosotros sí estamos aislados, pero también estamos más contaminados que si tuviéramos el coronavirus aquí. Estamos rodeados de pudrición. Con el coronavirus y la infección que hay, vamos a parar en el cementerio”, lamentó.
Otro vecino, Yordenis Oñate Suárez, destaca que esta situación les está afectando desde hace poco más de dos años. Sin embargo, las autoridades no acaban de solucionar lo que dejaron a medias. El Gobierno orientó la reparación de las instalaciones sanitarias, pero al poco tiempo los obreros contratados se marcharon y nunca más regresaron a terminar las obras.
Entretanto, Luisa Suárez Moraga indicó que los vecinos incluso solicitaron la ayuda de las autoridades a través de los teléfonos publicados en la Televisión. Sin embargo, la respuesta fue un “peloteo” sin resultados.
“Yo llamé a la Dirección de Salud Pública. Entonces me dieron un teléfono para que llamara a la Defensa Civil de la provincia. Llamé allá y me dieron otro número para que llamara al Gobierno; llamé al Gobierno de Diez de Octubre y no han hecho absolutamente nada”, explicó Luisa.
Luisa agregó que la cuartería recibe agua potable cada cuatro días, solo por una hora. Aún así, no llega a los grifos de los hogares y los vecinos deben hacer largas filas en el pasillo para obtener tres o cuatro cubos del preciado líquido y almacenarlos hasta que vuelva a entrar.
Las autoridades sanitarias recomiendan el constante lavado de las manos como una de las principales medidas de prevención de la COVID-19, un simple acto que podría resultar extremadamente difícil para cualquier cubano en estos momentos. Al menos en la capital la mayoría de las personas recibe el agua “de la calle”, como la llaman, cada tres o cuatro días, que podrían extenderse hasta una semana.