Vecinos del emblemático barrio santiaguero de El Tivolí se quejan de los problemas de sus viviendas, una cuartería apenas habilitada y sin condiciones mínimas para una familia con un enfermo ciego. "Uno se dirige a los lugares correspondientes y no te atienden", dice Juana María Acosta Santana, una de las afectadas, que lleva siete años reclamando al gobierno por una vivienda digna. "Incluso fui multada por ir al gobierno y reclamar. Me llevaron a la policía y me multaron con 1500 pesos a pagar en 72 horas" --declara. "Nos han tirado aquí como perros".
Después de perderlo todo en el ciclón "Irma", esta familia no ha recibido ningún tipo de ayuda. El sitio donde residen ha sido declarado inhabitable por los organismos municipales de la Vivienda, pese a que hay vecinos que llevan en esas condiciones desde hace más de 30 años.
"Dicen que estamos priorizados", declara uno de los vecinos. "No sé qué prioridad será esa: llevamos muchos años en estas condiciones de insalubridad".
"Los techos se están cayendo, hay ratones por cantidad, chinches... No sé si son los que están al lado de Expósito o de Díaz-Canel, pero algo está pasando mal ahí", declara otro de los residentes.
"[Lázaro] Expósito [primer secretario del PCC en Santiago de Cuba], entró aquí una vez, en una feria, y nos dijo que nos iba a dar solución, pero todavía no sabemos nada" --agrega.
El barrio del Tívoli es uno de los principales atractivos turísticos de Santiago de Cuba. Tuvo un impulso urbanístico al calor de la revolución haitiana a finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando muchos colonos galos, franco-haitianos con sus esclavos huyeron de la vecina isla caribeña por la sublevación. Trajeron consigo además de fuerza de trabajo, sus hábitos, costumbres y la distinción en la forma de vivir.
Los cambios fueron notorios en la agricultura, comercio, modas, artes y oficios. Los franceses construyeron un café concert con capacidad para más de 300 personas al que llamaron Le Tivolí, pero después el vocablo se “aplatanó a lo santiaguero” como El Tivolí.
Pero el fomento de la barriada se inició en la primera mitad del siglo XVII, cuando se asentaron en la zona, inmigrantes españoles pobres y criollos de menos recursos, aledaños a la residencia del gobernador de la región oriental por aquel entonces, Bartolomé de Osuna. Luego, se avecinaron jamaicanos y puertorriqueños, entre otros jornaleros llegados a Cuba.
Poetas y trovadores le han cantado a su singularidad, lo dúctil de su existencia y al carácter abierto y alegre de sus habitantes. El Tívoli es también el terruño natal de personalidades, como Antonio Fernández, el inolvidable Ñico Saquito y Miguel Matamoros.