En medio de la pandemia del coronavirus abundan en la isla las denuncias sobre las arbitrariedades de la Policía Nacional Revolucionaria, que ha sido autorizada por el régimen a mostrar “mano dura” para controlar a la población en medio de esta crisis permanente, agravada ahora.
Miguel Díaz-Canel Bermúdez indicó que hay que actuar con severidad ante “quienes continúan desafiando las medidas que el país ha tomado contra la COVID-19”.
En un video subido a Facebook, el usuario identificado como Yonathan Elegguaccito denunció como él fue detenido presuntamente por “desacato”, y su primo menor de edad por “resistencia” a la autoridad.
En las imágenes se ve como los policías arremeten con violencia contra el menor, presionándolo fuertemente por el cuello con una técnica de inmovilización, mientras el otro acusado permanece dentro de la patrulla 301-A luego de que lo entraron también a la fuerza.
Los vecinos de la zona donde ocurrió el arresto muestran su indignación y reclaman a la policía del régimen el uso injustificado de la fuerza. “Es verdad que ellos no hicieron nada”, se escucha comentar a varias vecinas, mientras otros muestran su indignación a gritos.
El joven que publicó el archivo audiovisual con la denuncia, pidió: “por favor necesito que me den su opinión”. Los comentarios no se han hecho esperar.
El usuario identificado como Carlitín Barrero expresó que la actitud de la policía era “tremendo abuso”, y con ira increpó a “los policías comunistas y corruptos esos”, además de señalar como responsable al presidente Miguel Díaz-Canel.
Por su parte, Roger Cubano denunció que en la isla “están en una DICTADURA y no lo saben”.
“La solución es HUELGA general. Llevan 61 años en la miseria y Los dirigentes tienen cuantas millonarias en el extranjero y sus familiares viven de millonarios por todo el mundo hasta cuándo van aguantar?”, opinó este usuario.
Esta no es la primera golpiza policial que se documenta durante estos días de pandemia. ADN CUBA también publicó sobre un joven cubano que fue golpeado por una autoridad policial hasta dejarlo inconsciente, en La Habana, en medio de la crisis sanitaria de la COVID-19.
Mileydi Salcedo compartió un video en Facebook en el que se observa una patrulla policial estacionada y rodeada por una veintena de personas que parecen querer evitar que los agentes se lleven al muchacho. Se desconocen las razones por las cuales el joven fue golpeado y arrestado.
El 24 de abril, el estudiante universitario Andy J. Estévez denunció otro caso de abuso policial bajo el pretexto de violar las medidas de aislamiento, algo que ya se está volviendo común en Cuba. Contó Andy que había salido de su casa luego de 20 días de aislamiento a buscar comida en el municipio Centro Habana y luego de llevar ocho horas en una cola, cuando se acercó a tomar una botella de agua que le había llevado su abuela fue detenido.
“Con una forma imperante y prepotente, me ordena que debo subirme a ella por incumplir las medidas sanitarias”. La policía apartó de un tirón a su abuela, una anciana de 67 años enferma de cáncer y se lo llevó a la estación junto a otros dos ciudadanos, en la parte trasera del auto, todos juntos.
“¿Acaso esto no incumple las medidas de distanciamiento social?”, se preguntó el joven.
En el municipio de Quivicán, provincia de Mayabeque, la Policía Nacional Revolucionaria arrestó a una mujer que defendió a otra ciudadana víctima de abuso al ser multada por bajarse la mascarilla sanitaria en un cola para beber un poco de agua.
Angélica Garrido Rodríguez fue detenida arbitrariamente mientras permanecía en una larga cola para comprar productos de primera necesidad. Cuando se percató de la actuación injusta del agente policíaco intervino, lo que desagradó al oficial cubano –acostumbrados a no ser cuestionados y regir como Sheriffs en pueblos del oeste- quien le pidió su documentación y le notificó que estaba arrestada “bajo cargos de desacato y resistencia”.
El periódico estatal Guerrillero, de Pinar del Río, dio a conocer este mes sobre la sanción en ese territorio de 24 personas que cometieron “actos delictivos relacionados con la crisis generada por el nuevo coronavirus, 21 de ellas con privación de libertad”. Entre las acusaciones predominan: “atentados, desacato, resistencia, desobediencia y ataques físicos con diferentes objetos contra las autoridades policiales que organizan las colas, entre ellos sombrillas”. Parece que la prepotencia policial fue castigada por una ciudadana a golpe de paraguas.
Pero el acoso policial a los cubanos por estos días no se detiene. Siguen las multas por desacato, la persecución y hostigamiento a periodistas independientes. También, como parte de la puesta en escena del régimen para generar una imagen de control y confianza, la policía realiza decomisos a cuentapropistas, usa la violencia y exhibe su autoritarismo.