Miakeya Rolle, la conductora de un autobús en el condado de Miami-Dade, denunció que una pasajera la escupió el pasado 19 de abril. Rolle había pedido a la mujer sin hogar que usara una mascarilla (de uso obligatorio en el transporte público del condado) y dejara de toser sobre el resto de los pasajeros.
Tras escupir a la conductora, la pasajera huyó del autobús.
De acuerdo con un reporte de la cadena CNN, Rolle se limpió con toallitas Clorox y desinfectante para manos mientras esperaba que los agentes de la Policía local llegara al lugar.
Más tarde, fue examinada en un hospital y echó su uniforme a la basura. Aunque dio negativa a la COVID-19, hasta ahora no ha vuelto a conducir un autobús.
"Nunca me ha pasado algo así. Estoy a punto de perder la cabeza", dijo Rolle, quien alimentaba a su familia gracias a su trabajo como chofer.
La propagación del nuevo coronavirus causante de una pandemia mundial se ha convertido en un desafío para los conductores de todo el país. Hasta ahora, la COVID-19 mató al menos a 135 trabajadores del transporte público en Estados Unidos, de acuerdo con informes de la Unión de Tránsito Amalgamado y la Unión de Trabajadores del Transporte citados por la CNN.
Desde la llegada del coronavirus a Estados Unidos, los trabajadores del sector se han quejado por la falta de medios de protección, sobre todo para los conductores de autobuses. Ante ese escenario, líderes sindicales han reclamado que se les provea de máscaras de alta calidad y otras medidas que les permita hacer cumplir las regulaciones sanitarias dentro de los carros del transporte público.
A finales de abril también se supo que una mujer residente en Florida enfrentaba cargos criminales por escupir las frutas en una tienda Walmart, la mayor cadena de comercio minorista de los Estados Unidos.
Los oficiales de la Policía llegaron a las instalaciones de Walmart en North Nova Road tras recibir una llamada del gerente de Protección de Bienes, quien avisó de los hechos.
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La Policía logró comprobar que Lisette Santis, de 40 años, abrió un paquete sellado de guayabas, sacó una fruta de su envoltorio, le dio un mordisco y luego lo escupió.
De acuerdo con el informe del arresto, Santis se acercó al lugar de las naranjas y escupió ahí también, dejando caer trozos de guayaba masticada sobre las otras frutas.
Cuando el gerente se enfrentó a la mujer y le preguntó por qué estaba haciendo eso, ella respondió: "No lo sé, solo porque sí", según los registros de la Policía.
Cuando los oficiales hablaron con Santis sobre el incidente, ella les dijo que estaba al tanto de la pandemia de COVID-19 mientras sonreía, dijeron los investigadores.
Walmart estimó que el costo total de los productos contaminados por la mujer era de casi 350 dólares. La responsable fue arrestada y acusada de manipulación imprudente de un producto.
De acuerdo con el reporte del medio Click Orlando, Santis está detenida en la cárcel del condado de Volusia, con una fianza de 15 000 dólares.
