Desde este lunes la noticia de la ruptura de la actriz cubana Ana de Armas y el actor estadounidense Ben Affleck se ha regado como pólvora en todos los medios, así que se le ha hecho un seguimiento a las acciones de Ben y estas han dejado claro el resentimiento del también director de cine.
Según varios medios de renombre internacional como el británico Daily Mail, las redes sociales han enloquecido al compartirse una imagen de Casey Affeck, el hermano del actor y productor, tirando a la basura el póster de tamaño real que Ben tenía en su casa de Ana de Armas.
Esta ha sido sin dudas una forma muy gráfica de escenificar el punto al que llegó su relación y un sin vuelta atrás del noviazgo entre la cubana y el actor que se destapó también en redes a raíz de una visita sorpresa de ambos a la capital cubana hace poco más de un año.
Pese a esa imagen evidente que circuló en redes, la revista People alude a fuentes cercanas a los actores, que aseguran que la ruptura ha sido de lo más amistosa alegando que el motivo se debe a que "están en diferentes momentos de su vida pero entre ellos hay un profundo amor y respeto".
Otras fuentes aseguran que la que dio el paso definitivo fue la actriz cubana, quien no desea vivir en California, mientras Ben debe hacerlo por su cercanía con los hijos que tiene en común con la actriz de Hollywood, Jennifer Garner.
"Ha sido ella la que ha roto. Ana no quiere vivir en Los Ángeles y Ben obviamente tiene que hacerlo ya que sus hijos viven en esta ciudad", declararon a People. El actor es padre de tres hijos, fruto de su anterior relación con la mencionada actriz. Otros dicen que Ana quería hijos y Ben no estaba preparado para ese momento.
El idilio comenzó en 2020 durante el rodaje de la película, que aún está pendiente de estreno, Deep Water, pero evidentemente la sobreexposición intencionada sobre Ana de Armas y Ben Affeck ha mellado en la ex pareja.
A falta de declaraciones por parte de los protagonistas, la imagen del hermano de Ben, nos lleva a aquel refrán popular de que “una imagen vale más que mil palabras”. Listo para sentencia.