Para los represores del gobierno de Cuba las Damas de Blanco no son madres, hermanas ni esposas. No merecen la mínima cortesía ni el más elemental respeto. Solamente el odio visceral del que no piensa o siente. El odio inoculado en la sangre y en los oscuros resortes de la memoria.
No sólo las persiguen y las golpean. No les basta con advertirles, apresarlas y condenarlas. Las quieren anular, que no haya nunca más Damas de Blanco, ni de Negro, ni de Amarillo.
Olvidan que este movimiento surgió como respuesta a las atrocidades y arbitrariedades que cometieron las fuerzas represivas contra los hijos, esposos, padres y hermanos de estas mujeres en la llamada Primavera Negra, en el año 2003.
Desde entonces, para estos sabuesos y sabuesas las Damas de Blanco no son mujeres. No son siquiera seres humanos.
Ahora lo han demostrado una vez más: Marieta Martínez, Dama de Blanco, fue detenida y golpeada este miércoles 7 de mayo. Llevaba consigo un montón de postales dedicadas por el Día de las Madres, con felicitaciones para otros miembros de su organización. Sobre todo para las que no estarían con sus hijos y familiares este domingo porque permanecen en prisión.
Marieta soportó golpes y ofensas verbales durante más de 50 horas. Cuando fue liberada, y ante su extrañeza, le fueron devueltas las postales.
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Pero ya no servían. Los esbirros borraron toda palabra de amor, de gratitud y de felicidad de ellas. Vejaron con sus garras esas postales, las llenaron de bilis y de ese excremento mental que destilan. Cada frase gentil y respetuosa fue cuidadosamente tachada. En vez de palabras de amor para esas madres, pusieron consignas. Las mismas viejas, ridículas y vacías consignas de siempre: "Viva Raúl Castro", "Viva el Socialismo", "Sí por la Revolución cubana","Abajo el bloqueo, sí por la Constitución", "Abajo la Ley Helms-Burton".
Lo curioso de este acto vandálico, además de la otra acción imperdonable y cobarde de golpear, secuestrar y ofender a una mujer, es que los perseguidores demostraron que saben escribir. Al menos saben escribir consignas.
No soy capaz de imaginar siquiera que, cuando escuchen la palabra mamá, estos policías piensen en Fidel y en Raúl. O si alguien, con razón o sin ella, les mentara la madre, la imagen que desborde con mucha ternura sus corazoncitos de piedra, sea la del Partido Comunista o la de Díaz-Canel, el bateador designado.
Los viejos decían antes una frase que viene ahora como anillo al dedo: “lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo”.
Yo agregaría otra parecida: Lo bueno que tiene esto es que el gobierno cubano demuestra cada día más ante el mundo su enorme falta de humanidad, la profunda deshumanización de sus defensores.