Lionel Messi dejó el Barcelona en donde no se veía completamente feliz para llegar al PSG en donde todo parecía un cuento de hadas, sin embargo, y con el correr de los días, la realidad indica lo contrario. Así lo hizo saber su compañero de equipo Ángel Di María, quien confesó que Leo no la está pasando del todo bien.
La razón de la incomodidad de Messi es que todavía no ha podido encontrar una vivienda, por lo que aún vive en el hotel de lujo Le Royal Monceau con su mujer y sus hijos.
A pesar de que ha encontrado un espacio dentro del equipo en donde parece que se ha adaptado muy bien, con un entrenador argentino con el que puede comunicarse directamente en su idioma natal y con otros varios compatriotas dentro del plantel, además de su amigo Neymar, la realidad extra futbolística parece ser totalmente diferente y parece que le está incomodando.
Di María, en una entrevista para Olé, confesó que para Messi no ha sido sencillo la adaptación a una nueva ciudad y aunado a eso, ‘El Fideo’ confesó que el acoso de los aficionados hacia Leo es abrumador.
“Cuando Leo viene a cenar, siempre hay motos o coches cerca. La gente de aquí es muy respetuosa y si salimos te dejarán en paz. Ahora, con Leo, no tenemos a dónde ir", confesó Di María.
Y es que en Barcelona la realidad de Messi era totalmente diferente, ya que estaba acostumbrado a la tranquilidad de Castelldefels, que se ubica en la zona costera de Barcelona.
“Hoy la vida de Messi pasa por un hotel. Se quiere matar (entre risas) es la primera vez que lo está haciendo y no es nada fácil", comentó Di María
¿A dónde podría ir Messi?
Lo más probable es que busque una vivienda en Neuilly-Sur-Seine, una zona residencial que está ubicado cerca del centro de la capital francesa. Además la zona tiene el plus de que están sus compatriotas Leandro Paredes y el propio Di María.
Pero por ahora su día a día debe vivirlo en un hotel y aunque no sea lo que espera, más temprano que tarde podrá ubicarse en una nueva residencia junto Antonella y sus hijos, aunque dentro del rectángulo de juego se ve más feliz que nunca conformando, quizás, el tridente más letal del mundo junto a Neymar y Mbappé.