Era de esperarse, de hecho considero que es lo más lógico. Casi todas las competiciones principales a nivel planetario han cesado sus calendarios debido al coronavirus (COVID 19).
El fútbol no ha sido la excepción y esta mañana se ha conocido la suspensión hasta abril de la Liga Santander debido a una orden del Gobierno de España. El detonante fue que el Real Madrid tuvo que ponerse en cuarentena debido a un caso comprobado del virus en un jugador de la sección de baloncesto que comparten instalaciones en Valdebebas. Por al menos dos jornadas se para el futbol en ese país.
En Italia la situación es crítica. Hace unos días ya se anunciaba que la Serie A iba al paro hasta el mes de abril debido al creciente número de contagiados en todo el país. Ayer se conoció que el jugador de la Juventus Daniele Rugani dió positivo al COVID-19 por lo que toda la plantilla está bajo estricta vigilancia médica.
Hace solo unos minutos se conoció que la UEFA suspenderá al menos las jornadas de la semana que viene por esta situación, aunque dijieron desde el organismo central que este jueves se jugaría la Europa League con excepción de 3 encuentros. Los partidos que se verían afectados de la Liga de Campeones serán el City-Real Madrid, Barcelona-Napoli, Bayern-Chelsea y Juventus-Lyon.
En éstos momentos los presidentes de las principales ligas del Viejo Continente están reunidos por vídeo-conferencia con los máximos rectores de la UEFA para buscar solucionar la crisis y determinar si definitivamente aplazan la Eurocopa 2020 al siguiente verano.
De este lado del charco, la Major League Soccer fue también repentinamente suspendida en el día de hoy por los siguientes 30 días y las competiciones sudamericanas también quedarían paralizadas a partir de la semana siguiente.
En lo personal veo con buenos ojos las medidas que se están tomando a los largo y ancho del mundo. Lo primero es cuidar la salud de la población y además jugar sin público es un completo absurdo cuando los propios jugadores han dicho que necesitan el apoyo de los aficionados y que no ven lógica la solución de seguir jugando a puertas cerradas.
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