No crean que es fácil ganar un torneo en casa cuando se trata de Brasil -miren lo que pasó en el Mundial de 2014- la presión es enorme y las críticas vuelan como golondrinas espantadas, pero Tite no se amilanó y cumplió.
La Verdeamarelha tubo altibajos durante el torneo, parecía que la ausencia de Neymar trastocaba el engranaje de una Selección que la gran mayoría veíamos favorita a ganar la Copa América, pero su capitán y timonel -el ya mencionado Tite- supo recomponer la nave en el camino encontrando su alquimia en juntar a los dos nueves.
Gabriel Jesús fue fundamental en semifinales y también en la final, se tiró a la banda y lo hizo inmejorablemente bien, acompañado siempre por el Balón de Oro de esta competición, que se llama Dani Alves, tiene 36 años y 40 títulos.
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Para entender la coronación de Brasil en esta Copa América hay que convencerse de que los tiempos cambian y que el "Jogo Bonito" dio paso a la efectividad y el pragmatismo. El equipo supo resolver las situaciones difíciles defendiendo como la mejor Italia, pudo controlar las situaciones con la tranquilidad de España y definió en el frente de ataque como los Alemanes. Todo en su cuota exacta y en su medida justa.
Hay que entender eso para entonces comprender a Tite y su Brasil, que hoy alzaron su noveno título continental y recuperaron el reinado sudamericano.
El fútbol fue justo, Brasil ganó y lo mereció. ¡Felicidades a todos los seguidores de La Canarinha!
