El hombre que más medallas de oro ha ganado en unos Juegos Olímpicos, el nadador estadounidense Michael Phepls, confesó en una carta publicada este lunes en el sitio ESPN que ha padecido problemas de depresión a raíz de la pandemia del nuevo coronavirus.
El nadador oriundo de Baltimore, quien se retiró del deporte activo luego de los Juegos de Río 2016, había dicho en ocasiones anteriores que sus problemas mentales habían sido superados, pero en su mensaje público confesó que la cuarentena ha traído de vuelta esos males.
“La cuestión es que las personas que viven con problemas de salud mental lo saben, nunca desaparece. Tienes días buenos y malos. Pero nunca hay una línea de meta”, explicó Phelps.
El ex atleta de 34 años, explicó que los últimos tiempos le han servido para comprender que sus padecimientos de ansiedad, estrés postraumático y depresión son algo que le acompañarán por el resto de su vida. Asimismo, dejó claro que la actual situación ha exacerbado su malestar:
“Me vuelve loco. Estoy acostumbrado a viajar, competir, conocer gente. Esto es solo locura. Mis emociones están por todos lados. Siempre estoy al límite. Siempre estoy a la defensiva. Soy disparado tan fácilmente”, detalló en su mensaje.
En años recientes ha existido en el deporte profesional un acercamiento hacia este tipo de padecimientos por parte de los practicantes, quienes conviven bajo una presión tan fuerte que termina afectando su vida fuera de las canchas.
Deportistas como los basquetbolistas de la NBA, Kevin Love y Demar DeRozan, confesaron el año pasado que durante años han sufrido desórdenes mentales de distinto tipo y que existen estigmas entre la comunidad deportiva que evitan que los atletas se sinceren con respecto a su situación.
Phelps contó que su rutina diaria de ejercicios lo ayuda a sentirse bien física y mentalmente, pero cualquier alteración de este orden le provoca un profundo malestar:
“Si pierdo un día, es un desastre. Entonces me meto en un patrón negativo de pensamiento en mi propia cabeza. Y cuando eso sucede, soy el único que puede detenerlo. Y generalmente no se detiene muy rápido.”
El ex nadador dijo estar agradecido de no tener problemas económicos, como muchas personas en el mundo ahora mismo, que sumasen mayor estrés a su vida, al tiempo que señaló que, aunque disfruta de la compañía de su familia, es una situación que debe aprender a resolver por sí mismo.
“Aquí está la realidad: nunca me curaré”, se sinceró el multicampeón olímpico y mundial. “Esto nunca desaparecerá. Es algo en lo que he tenido que aceptarlo, aprender a lidiar con eso y convertirlo en una prioridad en mi vida. Y sí, es mucho más fácil decirlo que hacerlo”.
Su objetivo con esta confesión, finalizó, era lograr un impacto en aquellas personas que se encuentran atravesando episodios similares a que asumiesen la realidad que afecta sus vidas, y permitiesen que aquellos que le rodean le ayuden.
“No hay nada de qué esconderse. Nada que temer. La lucha es solo contra ti mismo”.