El Salón de la Fama del Deporte Cubano con sede en Miami podría abrir sus puertas al médico cubano José Antonio Soto como homenaje, además, a las víctimas de la pandemia.
A menos de 48 horas de la muerte del doctor Soto, como consecuencia de COVID-19, las muestras de pesar no cesan en el sur de la Florida, no solo por tratarse del cubano que más lejos ha llegado en el ascenso al monte Everest.
Soto, 56 años, oriundo de Cienfuegos y formado profesional de la Medicina en La Habana, llegó a Miami en los años 90, y ganó mayor popularidad cuando el 25 de diciembre de 2016 se “encumbró” con un singular record.
En ese Día de Navidad Soto logró escalar el monte Kala Pattar, una montaña a la que se accede desde la base del Everest, la cima más alta del mundo.
El galeno consiguió recorrer hasta 5643 metros sobre el nivel del mar, casi 1400 metros más que el record anterior para un cubano en el Everest que era de 4248.
Las peripecias de su aventura fueron reseñadas por el propio protagonista en sus redes socials, donde reveló entonces que no pudo continuar su ascenso por las malas condiciones del clima.
Para certificar su hazaña in situ, Soto colocó junto a una bandera cubana una placa conmemorativa en la cima del Kala Pattar con la siguiente inscripción:
“Del pueblo de Cuba al pueblo de Nepal, con gratitud a los Estados Unidos de América y en recordación a esta expedición y la altitud tope escalada por un cubano, 5643 metros”.
Soto relató que en ese emotivo momento recitó los Versos Sencillos de José Martí y “se gritó el muy cubano “!Viva Cuba Libre” a los cuatro vientos”.
Junto al desafío atlético individual, el doctor y alpinista quería aprovechar la expedición para desarrollar un conjunto de investigaciones médicas en el área de la resistencia física y sobre el impacto de las alturas en el cuerpo humano.
Dijo haber logrado importantes observaciones sobre el ritmo cardiaco y cómo los alpinistas pueden utilizar con mayor eficacia la fuerza física durante la subida, cuando la presión atmosférica compromete la frecuencia de los latidos del corazón.
Las primeras personas en conquistar el Everest fueron el neozelandés Edmund Hillary, de 34 años, y el nepalí Tenzing Norgay, de 39 años, el 24 de mayo de 1953.
Sus inquietudes de montañista e investigador prosiguieron y en junio de 2018 ascendió 5895 metros sobre el nivel del mar hasta la cima del Kilimanjaro, al noreste de Tanzania. Antes de darse a conocer por sus éxitos en los deportes extremos ya el médico cubanoamericano era reconocido en Miami como gran comunicador social en función de la salud comunitaria en los programas de habla hispana de la televisión.
Desde el comienzo de la pandemia, Soto redobló sus mensajes instructivos en sus redes sociales. En los últimos meses habia anunciado que desde su consulta en la atención a pacientes multiplicaría su trabajo en medio del azote de la pandemia.
A las personas que en su Facebook le comentaban que lo extrañaban en la televisión Soto respondió: “No he podido ir mas por la cantidad de casos clinicos a resolver, pero quizás más adelante. Muchas bendiciones.”
Hoy las redes sociales continúan llenándose de mensajes de dolor de centenares de personas por su muerte.
Habituado a los retos, el médico cubano nunca imaginó el desenlace de este nuevo desafío. Se estima que más de 800 profesionales de la salud han perdido la vida en Estados Unidos en la lucha contra el letal coronavirus.