Felicia Sonmez, una periodista del Washington Post, se ha ganado la animadversión de muchos internautas por recordar el caso de abuso sexual en el que estuvo implicado hace años Kobe Bryant, la estrella del baloncesto recientemente fallecida.
Su mensaje se viralizó y cientos de usuarios comenzaron a atacarla, considerando que no era atinado hablar de ese tema cuando recién habían pasado pocas horas de la tragedia que terminó con la vida de Kobe, su hija Gianna y otras siete personas.
En una serie de tuits que luego borró, la reportera destacó que más de diez mil personas le enviaron comentarios y hasta correos electrónicos con amenazas de abuso y de muerte. Horas después se supo que Sonmez fue suspendida de su trabajo.
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Tracy Grant, editor jefe del Washinton Post, confirmó al Daily Mail de Inglaterra que la periodista “fue desplazada a un puesto administrativo, mientras se decide si los tuits sobre la muerte de Kobe Bryant han violado la política del periódico”.
En medio de los mensajes de dolor por la muerte del ex basquetbolista, la comunicadora decidió traer a la luz un episodio que parecía borrado del pasado del cinco veces campeón de la NBA. Y por esa actitud tan común en los seres humanos, de sólo ver virtudes en los muertos, Sonmez se buscó un rapapolvo de sus jefes y muchas críticas.
Fue imprudente, pero no dijo ninguna mentira. El caso ocurrió en junio de 2003 cuando ya Bryant era una estrella del básquet. Estaba alojado en un hotel, a la espera de una operación, en donde conoció a una trabajadora de 19 años a la que forzó a tener relaciones sexuales, como comprobaron las pruebas de ADN y él mismo confesó después arrepentido.
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En septiembre de 2004, la Justicia desestimó el juicio contra Bryant debido a que la joven no tenía voluntad de testificar. El caso civil continuó, pero se dio por cerrado en el 2005, luego de que Bryant y la denunciante llegaran a un acuerdo económico. Aunque este nunca trascendió oficialmente, se estima que el deportista pagó 2.5 millones de dólares a su acusadora en concepto de daños.
Bryant (41 años) murió el domingo junto a otras siete personas, entre ellas su hija de 13 años, cuando viajaba en su helicóptero hacia la Mamba Academy, un centro de entrenamiento para jóvenes deportistas que el propio jugador inauguró en 2018.
Las primeras investigaciones del siniestro y sus causas permitieron precisar que la lista de pasajeros y tripulación de la aeronave antes del despegue certificaba los nombres de nueve personas, informó horas después en conferencia de prensa Alex Villanueva, alguacil del condado de Los Ángeles.