Manifestantes contrarios al gobierno en el sur de Irak cortaron este lunes carreteras que llevaban al puerto principal del país, mientras otros activistas en Bagdad forzaron el cierre del banco central, según funcionarios de seguridad.
Los activistas cortaron con neumáticos en llamas las carreteras al puerto de Umm Qasr, que recibe el grueso de las importaciones de productos básicos en el país, según un funcionario en Basora.
Es la segunda vez que se corta el acceso al puerto desde el inicio de las protestas el 1 de octubre.
Por otro lado, el personal del Banco Central en Bagdad, situado en la famosa calle Rasheed, fue evacuado al acercarse una multitud.
Dos manifestantes resultaron heridos el domingo cuando las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos, en nuevos choques con activistas que llevan semanas saliendo a la calle para denunciar la corrupción rampante en el gobierno, los escasos servicios públicos y la falta de empleo.
Ayer hubo una jornada de huelga general en apoyo a las protestas que desde hace semanas piden más servicios básicos y menos corrupción, en una convocatoria apoyada por el influyente clérigo chií Muqtada al Sadr.
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El llamamiento tuvo un importante seguimiento en el sector petrolero, el principal recurso natural, afirmó a Efe el portavoz de la Asociación General de Trabajadores de Petróleo y Gas, Mohamed al Hosny, quien precisó que un gran número de sus afiliados se unió a la huelga.
Es difícil determinar con exactitud el seguimiento de la medida, puesto que las provincias sureñas de Babilonia, Misan, Di Qar y la central Wasit declararon la jornada del domingo -día laborable en los países árabes- como festivo bancario ante la noticia de que habría una huelga.
El pasado miércoles, Al Sadr, líder de la fuerza política más votada en las elecciones de 2018, Sairún, llamó a los ciudadanos "honestos" a tomar parte del paro en solidaridad con los "hermanos revolucionarios" que se manifiestan por todo el país desde hace semanas.
El parlamentario de Sairún Salam al Shamry consideró hoy en un comunicado que el llamamiento del religioso es un paso importante para apoyar las reformas y el cambio que buscan los participantes en las protestas.
"El Gobierno debe acelerar la implementación de las demandas de los manifestantes pacíficos y de todos los iraquíes de reformar y luchar contra la corrupción y sus símbolos (...) De lo contrario, hay otras formas pacíficas de poner las cosas en su sitio", indicó el legislador.
"Todos apoyan a los manifestantes y sus demandas legítimas, por eso pocos fueron a sus trabajos y escuelas, y poco después regresaron a sus hogares", indicó a Efe Haidar Abdul Amir, residente del barrio capitalino Al Sadr, feudo del clérigo chií.
Al menos 312 personas han muerto en nueve provincias de Irak desde que comenzaron las protestas a principios de octubre, en su mayoría por disparos de francotiradores y en la represión por parte de las fuerzas de seguridad, según datos de la ONG Observatorio Iraquí para los Derechos Humanos.
(Con información de Associated Press y EFE)