(Hechos en desarrollo)
Al menos dos proyectiles impactaron hoy en un barrio del centro de Bagdad y en la Zona Verde, sin que hasta el momento se reporten víctimas mortales, según testimonios de fuentes oficiales a varios medios de prensa.
Otro objetivo de ataque fue la base militar de Al Balad, ubicada en la provincia de Saladino, al norte de la capital, donde hay presencia de tropas estadounidenses en estado de alerta máxima desde el nuevo repunte de las hostilidades en Iraq ante los recientes ataques lanzados por Washington contra grupos paramilitares proiraníes.
La Célula de Información de Seguridad del Gobierno iraquí manifestó en Twitter que varios proyectiles impactaron en un barrio del centro de la capital y en la altamente segura Zona Verde, donde radican las sedes diplomáticas extranjeras, entre ellas la de Estados Unidos, y las dependencias centrales del Gobierno.
Ninguno de estos impactos provocó daños humanos, pero según informó un oficial de la Policía de Saladino a la agencia Efe, los cohetes dirigidos a la base de Al Balad impactaron en almacenes de armas del Ejército iraquí y causaron daños materiales limitados.
Los ataques de hoy se suman al repunte de la hostilidad en Iraq. Estados Unidos desplegó esta semana nuevos refuerzos en el área para proteger a sus diplomáticos y soldados en Iraq, como medida ante el asalto a su embajada y el ataque que dirigió la madrugada de este viernes, en las inmediaciones del aeropuerto de Bagdad, para asesinar al general iraní Qasim Soleimani, de las fuerzas de élite Quds, de Teherán.
A raíz de esto último, los llamados a la "venganza" y a “matar a América” se multiplican en Iraq e Irán, por lo que no pocos temen el inicio de un nuevo conflicto global, de mayor escala que los protagonizados por Washington en el Medio Oriente desde el inicio del presente siglo.
Estados Unidos justificó su ataque del viernes en la amenaza que desde hace meses representan para sus intereses las facciones armadas pro-Irán que operan en Irak. Desde octubre, sus posiciones han sido objeto de 13 ataques con cohetes, uno de los cuales causó la muerte de un contratista estadounidense.
Si bien estos ataques no fueron asumidos por ninguno de los grupos proiraníes, Washington considera que provinieron de ellos, sobre todo de los que están integrados en el actual Estado iraquí, y no del Estado Islámico (EI), al que considera tener al borde de la extinción.